Por Sofía Pacheco Niño de Rivera
A un mes de concluir el año y a pocos de iniciar campañas electorales, México y Estados Unidos tienen una de las agendas más complejas y extensas a nivel internacional. Temas ineludibles como la crisis de migración proveniente de Latinoamérica hacia nuestro vecino del norte y la comercialización de fentanilo por el narcotráfico provocaron que este viernes el Presidente Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reunieran para medir el pulso de la relación binacional en el marco de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
La reunión careció de compromisos concretos como suele suceder en este tipo de encuentros express. Si bien, ambos son temas prioritarios que requieren atención, merecen aún más una hoja de ruta que trace soluciones y acciones conjuntas por parte del gobierno estadounidense y mexicano.
Medianamente el tema migratorio ganó mas foco, ya que Biden lo reiteró no solo con su homologo mexicano, sino con Gustavo Petro, presidente de Colombia. Petro, alineado con AMLO y consciente de que el desafío compartido de los flujos migratorios debe atenderse de manera coordinada, planteó desviar migrantes que se dirijan a la selva del Darién hacia Venezuela, con la condicionante de que Biden acceda a mitigar las sanciones que se le impusieron al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela por tener el récord de cruces ilegales en Estados Unidos.
Fuera de esa triangulación a través de Petro, Biden y AMLO reiteraron palabras de estima, tal cual lo demuestra la deferencia de López Obrador hacia Biden al decirle que el ha sido el único presidente en la historia de Estados Unidos en abrir una vía legal para la migración y un gran socio comercial. Más allá de eso, nada. Solo la foto.
Indirectamente tuvo más sustancia el encuentro del mandatario mexicano con Xi Jinping, Presidente de China. En primer lugar, porque China entendió que este año APEC serviría como conclave para que los Jefes de Estado y funcionarios invitados dialogaran sobre Sustentabilidad, Clima y Transiciones Energéticas. Por ello, el maridaje perfecto entre los temas de APEC y el punto de inflexión bilateral México- China, fue el ofrecimiento de ayuda a Guerrero con 250 mil muebles y artículos del hogar para entregarlos a los damnificados por el huracán Otis.
Además, delinearon ejes para intervenir en el Plan Sonora, el cual brinda la oportunidad de que China o cualquier país asiático destine recursos para el corredor de energía renovable que supuestamente proyectamos en la frontera con Estados Unidos. Mientras que también se propusieron operaciones para capitalizar oportunidades de inversión en el Corredor Interoceánico.
A esto me refiero con compromisos concretos. La migración y el fentanilo resultan familiares y sin duda relevantes, pero ¿dónde quedó el nearshoring?, ¿cuál fue el compromiso en materia de sustentabilidad al que llegaron y que mucha falta nos hace?... Todo brilló por su ausencia. Ojalá que en estas sesiones de pares hubiera menos cotilleo, comadreo y protocolo, y más sustancia.
México debe abrir líneas alternas de negociación con Estados Unidos. El gobierno mexicano cuenta con cartas de negociación que le permiten actuar con firmeza y dignidad ante las peticiones y reclamos de Estados Unidos, jugarlas con inteligencia reducirá el atractivo de golpear a México y permitirá mostrar a nuestro país como un interlocutor serio y fuerte que realmente defiende y procura los intereses nacionales.
De cualquier manera, la Cumbre y las reuniones bilaterales le sirvieron en esta ocasión a la canciller Alicia Barcena y a toda la comitiva mexicana para poder diversificar la agenda económica y comercial con países asiáticos, y de paso que Estados Unidos lo perciba para que así puedan elevar la importancia de las conversaciones con México y redefinir el punto de encuentro con los mexicanos, más como aliados que como ”culpables” de los males que los acechan.
*Sofía Pacheco Niño de Rivera es Licenciada en Relaciones Internacionales. Se graduó de la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en derecho internacional y comercio exterior. Ha trabajado en la Secretaría de Relaciones Exteriores en la Dirección General para Naciones Unidas y se desempeñó como Directora de Asuntos Internacionales y Normalización en la Secretaría de Economía, participando en la negociación de múltiples acuerdos comerciales de México, principalmente el TMEC. Durante su paso por el Gobierno también fungió como Parlamentaria en el Congreso de la Ciudad de México coordinando la Comisión de equidad de género. Actualmente se desempeña como Secretaria de Asuntos Internacionales en la Red Nacional del PRI y Secretaria Ejecutiva de la COPPPAL Juvenil. Participa como analista internacional en medios de comunicación y es asociada del PJ COMEXI.
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