Por Stephanie Henaro
El 5 de noviembre de 2024 se acerca y los resultados de las últimas encuestas hacen que sea inevitable preguntarnos si estamos listos para el regreso de Trump.
Las posibilidades de que regrese son altas. La última encuesta publicada por el Washington Post y ABC le da 10 puntos de ventaja sobre Biden con un 52% de las preferencias, la de Fox News lo sitúa con el 48% de las preferencias sobre el 46% de Biden, la de CNN con un 47% y a Biden con un 46%, mientras que la de The Wall Street Journal los mantiene a los dos en un empate con 46% de las preferencias.
Su regreso es una posibilidad que a estas alturas del partido ya no se puede negar, como tampoco se puede negar que las directrices de su política exterior son difíciles de anticipar. Porque si algo ha demostrado ser Donald Trump, es ser impredecible, con excepción del tino que tiene para pegarle a la piñata mexicana.
Esto es importante porque tomando en cuenta que uno de sus sueños era declarar a los Cárteles mexicanos como grupos terroristas, las condiciones le serían idóneas.
Una encuesta de IPSOS/Reuters publicada en este mes de septiembre arroja que el 52% de los encuestados estaría de acuerdo en mandar personal militar estadounidense a México para pelear contra los cárteles de las drogas, mientras que el 26% se opuso y el resto no sabía. En el caso de los Republicanos el 64% estuvo de acuerdo y el 28% en contra y en el de los Demócratas el 47% de acuerdo y el 44% en contra.
Así está la temperatura binacional en la que llegaría Donald Trump por el que ha llegado a ser el quinto empleador de México y el mayor surtidor de millones de adictos al otro lado de la frontera, que generan la demanda y que han alcanzado batir los récords de muertes por sobredosis en esta tercera ola de opioides que se complica más con la entra de la India a la ecuación.
Mientras tanto del otro lado del mundo, es bastante probable que si el Republicano regresa a la Casa Blanca no sea tan entusiasta con las sanciones a Rusia y el apoyo a Ucrania porque en su óptica hay que poner a “América Primero” y esto es un mensaje directo para la OTAN y otros tratados de seguridad bilaterales como los que tienen con Corea del Sur y Japón.
De ahí en fuera no creo que muchas otras cosas cambien, porque a pesar de que Biden se ha empeñado en ser distinto -por lo menos en el discurso- , no se ha desviado mucho de la línea de Trump en cuestiones proteccionistas, en lo relacionado con Irán e inclusive en lo referente a la retirada de Afganistán, que en definitiva dejó marcada a esta administración en lo internacional.
Finalmente, en lo que se refiere a China -y esta es tal vez la relación bilateral más importante del mundo en este momento-, la hostilidad podría disminuir porque a diferencia de Biden que se preocupa por la democracia a nivel mundial, los problemas del magnate neoyorquino con el gigante asiático fueron meramente económicos y por eso me atrevo a decir que la definición será en torno a Taiwán, y en esto la postura de Trump aún permanece como un enigma.
Faltan 14 meses para la elección y sin duda muchas cosas pueden cambiar, pero no es exagerado estar preparados, sobre todo cuando en México se las tendría que ver con la Señora Presidenta.
El último en salir, apague la luz.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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