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Por Stephanie Henaro

Ecuador y México pusieron juntas a dos palabras que no deberían de estarlo: democracia y sangre.

El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio abrió el baúl de los malos recuerdos en México y dejó salir a la muerte, acompañada de Luis Donaldo Colosio, con el olor a pólvora de 1994.

Porque aunque Colosio no tenía registro de amenazas, la bala que lo mató atravesó millones de esperanzas y esto lo acaba de vivir Ecuador.

Villavicencio recibió amenazas de una fracción del Cártel de Sinaloa que opera en ese país, cuando uno de sus capos- José Adolfo Macías Villamar conocido como “Fito”- le hizo saber que si seguía refiriéndose a ellos, sufriría un atentado.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.