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Por Thania Marreros, periodista comunitaria, integrante de Radio Tsinaka y habitante del ejido de Tecoltemic.
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Las luchas comunitarias son portadoras de nuestra libertad, son parte fundamental en nuestra búsqueda de justicia y paz. Quienes coexistimos con ellas podemos nombrarlas desde nuestras vivencias colectivas, desafíos, amenazas, perdidas, pero, sobre todo, esperanza, perseverancia y logros.

De esto se trata el proyecto Periodismo de lo Posible, un espacio de podcast donde nos narramos desde las victorias de lucha de nuestros pueblos y comunidades en defensa del territorio en México. Dicha iniciativa creada por cuatro organizaciones civiles (REDES A.C, Ojo de Agua Comunicación, La Sandía Digital y Quinto Elemento Lab) se ha convertido en una narrativa distinta al periodismo tradicional que suele dar mayor peso al conflicto que a la solución. 

Lo que buscamos transmitir es un mensaje de lo posible ante las vastas amenazas al medio ambiente que nos cobija, compartir los procesos de lucha comunitaria que nos llevaron a triunfar sobre la invasión y el despojo. En este proyecto somos periodistas, comunicadorxs, radialistas comunitarios de nuestro país, quienes contamos las historias desde los territorios que habitamos. 

Como integrante de la primera temporada conformada por 12 episodios, y específicamente realizadora del episodio 1 “Puebla: La lucha de un pueblo por existir”, he podido tejer redes con los miembros de las 11 historias restantes, para compartir, resistir y nombrarnos desde una realidad que logró ser transformada.

“Periodismo de lo Posible” se convirtió en mi lugar seguro para contar mi historia y reflejar desde mi identidad una forma distinta de apreciar la vida.  Aquí logré sentirme acompañada, fortalecida y apapachada, firmemente convencida de que nuestras victorias pueden ser fuente de vida para nuevas conquistas en otros territorios que se encuentran en lucha.

La resiliencia que se enuncia en cada una de las luchas sociales, ha permitido que quienes conformamos las resistencias podamos pasar de narrar desde la denuncia a expresar desde las estrategias que funcionaron para dar soluciones concretas, tomando en cuenta la autodeterminación de nuestra identidad cultural.

Este proyecto ha sido una de las mejores experiencias periodísticas de mi corta vida, gracias a ella mi papel de activista se pudo fusionar con mi trabajo como periodista, logrando crear un contenido muy propio e íntimo, respetando mi lugar como miembro de la lucha y de la comunidad.

Ella es Tecoltemic, la protagonista de la historia que relato en el primer episodio, la comunidad que me vio crecer y que me acogió para hacer frente ante la amenaza destructiva de una minería a cielo abierto en mi comunidad y municipio, Ixtacamaxtitlán.

Esta lucha está llena de fe, esperanza y amor, porque a pesar de las circunstancias adversas, durante más de 10 años permaneció creyendo en su gente y en un logro posible de alcanzar: esta fuerza compartida permitió que Tecoltemic lograra sacar a la minera canadiense Almaden Minerals de territorio del municipio en la Sierra Norte de Puebla.

Los podcasts de la primera temporada de Periodismo de lo Posible cuentan historias esperanzadoras donde la organización comunitaria, la unión con otras luchas y la determinación de los habitantes ha hecho florecer la intención-acción para un mundo mejor. 

Ser parte de este maravilloso proyecto ha significado un sentimiento de gratitud para la comunidad de Tecoltemic y su lucha; haber sido seleccionados nos ha permitido reafirmar la importancia del proceso de defensa que se lleva a cabo en nuestro territorio. Saber cuán valioso e impactante ha sido que otres nos escuchen nos llena de gozo, porque sabemos que todo lo hecho, aun con temores, es resultado del amor a la madre tierra.

Cada fragmento de esta historia se ha reencontrado con sus protagonistas. Recuerdo el día en el que las periodistas Aranzazú Ayala, Eloísa Diez y Maye quienes son parte de lxs creadores de la iniciativa de Periodismo de los Posible, además de la presencia de integrantes de la radio comunitaria Tsinaka, quienes pudimos realizar este trabajo periodístico, volvimos a la comunidad para presentar “Puebla: La lucha de un pueblo por existir”.

En un momento tan emotivo, el escucharnos y revivir cada instante narrado de la lucha, nos hizo llorar, reír, quedarnos sin palabras, pero muy dentro de nuestro ser fuimos llenos de satisfacción por todo lo alcanzado.  

Además de la nostalgia, fue un ambiente de festividad, con música, danza y comida, celebramos la vida. Agradecimos el trabajo, dedicación y esfuerzo para realizar este podcast que ahora nos hace resonar en territorios hermanos. 

De las acciones más particulares y humanas de este proyecto, el gesto de devolver los trabajos a las comunidades y pueblos que se narran en las historias ha sido una manera de generar confianza, empatía, reconocimiento y agradecimiento a su labor como guardianes del territorio.

Ahora que está por iniciar la preparación de la segunda temporada, estoy segura de que serán historias que continuarán inspirando, abrazando, uniendo causas con héroes y heroínas sin superpoderes, pero con gran corazón.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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