Por Wendy Figueroa
En este día es indispensable empezar a visibilizar a las mujeres refugiadas, siendo imperante hablar del Día Mundial de las “Personas Refugiadas”, dado que el 48% de ellas son mujeres de acuerdo con datos de ACNUR (2021).
Además, a nivel global, enfrentamos una crisis silenciosa y devastadora: la de las mujeres desplazadas debido a la violencia familiar, una realidad que también afecta profundamente a México, datos de COMAR reflejan que muchas mujeres se ven obligadas a dejar sus hogares debido a la violencia machista.
Es imperativo adoptar un enfoque feminista para abordar estas realidades, desmantelar las desigualdades de género arraigadas y garantizar sistemas de seguridad que protejan integralmente a las mujeres, tanto en sus entornos de origen como en situaciones de desplazamiento ya que se enfrentan a desafíos multifacéticos que incluyen la falta de acceso a servicios esenciales, la inseguridad y la revictimización.
Es importante señalar que este desplazamiento también es interno, en 2023, de las 20,284 mujeres, niñas y niños atendidos por la Red Nacional de Refugios (RNR), el 46% tuvieron que abandonar sus hogares y desplazarse a otros estados de México para escapar de sus agresores, de los cuales, el 48% tienen vínculos militares o políticos y además usan armas de fuego, razones por las cuales, son las mujeres quienes se ven obligadas a dejar atrás todo para preservar su propia seguridad. Este desplazamiento es una expresión evidente de la crisis en derechos humanos, en la igualdad de género y en la justicia social que viven las mujeres en nuestro país.
Una realidad que muchos gobiernos se niegan a reconocer, ya que el desplazamiento interno evidencia la impunidad y la falta de acceso a la justicia integral a la que se enfrentan las mujeres víctimas de violencias familiares y/o de género. Cambiar esta situación es vital para que las mujeres desplazadas puedan encontrar un espacio seguro y recibir el apoyo que necesitan.
Mariana, mujer residente de un Refugio Integrante de la RNR, nos comparte: “Denuncié 4 veces, no hicieron nada, la última vez, él me aventó gasolina y me prendió fuego, los vecinos me ayudaron, no sé cómo estoy viva, al despertar me dijeron que él había huido, no podía irme a casa de mi familia porque seguro que me iría a buscar, no quería regresar a casa, una enfermera me habló de los refugios, aquí estoy, me estoy reencontrando, estoy sanando, pero no podré caminar tranquila hasta que lo agarren”.
Los refugios desempeñan un papel esencial en la vida de las mujeres que han sido desplazadas por la violencia familiar, proporcionándoles un entorno seguro y especializado en situaciones donde la ayuda institucional es limitada o inexistente. Su papel va más allá de la protección inmediata, al ofrecer atención integral especializada, apoyo emocional y oportunidades para promover el empoderamiento de las mujeres, por lo tanto, estos espacios además de prevenir feminicidios, ataques con sustancias químicas o violencias vicarias, fomentan que las mujeres abracen sus libertades recuperando su dignidad y autonomía.
Y este camino emancipador inicia legitimando las voces de las mujeres desplazadas por las violencias machistas, familiares y/o de género, por ello desde el 2019 en la Red Nacional de Refugios (RNR) impulsamos la Campaña “Silencios que cantan, almas que pintan, voces que resignifican” para visibilizar a través de la arteterapia a las mujeres víctimas de desplazamientos forzados por la violencia familiar y de género.
Jesica, mujer usuaria de un Refugio Integrante de la RNR, comparte su experiencia: "Salí huyendo con mi hija de 2 años, aún con orden de protección él llegó a casa con la pistola, el refugio nos ha dado paz y la tranquilidad de que no nos encontrará, he fortalecido mis alas, ahora la ley debe hacer lo suyo y detenerlo".
Es esencial adoptar políticas que salvaguarden los derechos de las mujeres desplazadas, garantizando su acceso a la justicia integral, seguridad y una vida digna. Es hora de escuchar y amplificar sus voces, recordando al Estado mexicano la necesidad urgente de crear entornos libres de violencia para todas y arrancar la impunidad cómplice de las transgresiones a los derechos humanos.
* Wendy Figueroa Morales es psicóloga feminista. Es la directora general de la Red Nacional de Refugios.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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