Por Ivabelle Arroyo
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos es como un huracán anunciado. Sabíamos que venía. Sabíamos de su fuerza. Sabíamos que iba a golpear. Pero aquí estamos, viendo a ver si firmaba o no sus decretos más amenazadores para preparar un plan. ¿Qué tal que no los firma y aquí nosotros con el Jesús en la boca?
Los expertos en protección civil dicen que el mejor desastre es el que no ocurre, lo que implica trabajar en la identificación y mitigación de riesgos. Eso significa que hay que saber de qué tamaño es el huracán, qué pasaría si en el camino se hiciera monstruoso y con qué recursos contamos para escondernos de su furia.
He aprendido que algunos fenómenos meteóricos vienen amenazantes y al tocar tierra se deshacen en lluviecitas, pero yo no me quedaría en la orilla oteando el horizonte para ver si me lanzo al albergue o no.
Lo mismo pasa con los fenómenos políticos: hay que estar preparados para los peores escenarios. Preparados para que gane Trump y preparados para que cumpla con sus locuras. ¿Ustedes sienten que el gobierno mexicano está preparado para las deportaciones, los aranceles, un nuevo arreglo geopolítico, una frontera militarizada, acciones norteamericanas contra terrorismo de base mexicana?
¿A ustedes les parece que esto es sorpresivo y no se veía venir? Me da la impresión de que Sheinbaum estuvo oteando el horizonte confiando en que el huracán se haría lluviecita y por eso anunció un plan de 2 mil pesos para deportados, nomás por si las dudas. Eso y la alerta en los consulados.
Puede ser que nuestros secretarios de seguridad, de economía y de relaciones exteriores hayan hecho hasta lo imposible por desarrollar un protocolo de mitigación ante el huracán. Puede ser… No digo que estén en la hamaca, pero no hay evidencia de avance y eso es extremadamente grave.
Si en la coordinación con sus pares en Estados Unidos no encuentran eco, bien harían en aprovechar que tienen todas las canicas consigo para convocar a una mesa de crisis interinstitucional con distintos niveles de gobierno y sectores civiles para hacer protocolos unilaterales de contención en el impacto económico, humanitario y social que tendrán las medidas inmediatas del presidente Donald Trump.
Se veía venir, ya lo tenemos aquí y hay que reaccionar a la emergencia. ¡Suenen la alerta!
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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