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Por Ivabelle Arroyo

La ministra Lenia Batres, sin experiencia judicial, no fue designada para hacer uso de su pericia legal, sino para desempeñar un papel político. Por lo visto en su toma de protesta, Batres lo hará bien y además jugará un papel relevante en los pasillos de la Suprema Corte, no por su calidad juzgadora, sino por su compromiso y capacidad para multiplicar la palabra del señor. Del señor presidente, claro está.

La nueva ministra nos sorprendió con un discurso potente, cuidadosamente elaborado, diseñado para tener eco entre el público y cumplir con fines propagandísticos. Ese discurso fue diseñado para decir quién será ella y qué malvado es el entorno al que entra.

Batres afirmó con orgullo que ella es “la Ministra del pueblo”, lo que no solo la posiciona como representante en lugar de árbitro (como política y no como jueza) sino que también revela que sus esfuerzos estarán orientados hacia la tribuna, no hacia el tribunal.

La justicia será escenario, y la oratoria tendrá más peso que el análisis jurídico. O eso es lo que busca.

Les recuerdo que su voto no cambiará los equilibrios en una Corte de once ministros. Su inclinación y militancia no mueven la balanza hacia el actual régimen, pues sustituye a Arturo Zaldivar, que cojeaba de la misma pata. Su voz, sin embargo, no debe subestimarse.

La ministra se presenta como una arengadora con ganas de mover emociones y percepciones entre los mexicanos que buscan una justicia más equitativa, entre aquellos que ya tienen una opinión negativa del máximo tribunal y quienes creen que las intenciones del Presidente y su ministra pasan por mejorar el sistema judicial.

Esto no parece dañino en primera instancia, pero es tramposo. A ver. ¿Es la Corte realmente disfuncional, o esa es una interpretación selectiva diseñada para consolidar una narrativa?

La ministra carece de experiencia judicial pero por lo visto sí que sabe desempeñar el papel para el cual fue enviada por el presidente. Su papel político dependerá de su capacidad para manipular eficazmente las preocupaciones populares. Sus consignas pesarán más que sus sentencias. Su voto no pesará mucho, pero su voz será potente y dañina. En eso sí tiene experiencia y para ello fue elegida.

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@ivabelle_a

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