Por Ivabelle Arroyo
El primer debate entre los candidatos para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México tuvo lo suyo. Además de ser formativo e informativo, fue entretenido por los cuestionamientos y ataques sarcásticos entre los candidatos punteros y por la estrategia del tercero no en discordia, sino en las encuestas, Salomón Chertorivski. El candidato de Movimiento Ciudadano, conocido como un servidor público técnico y bien formado, optó por hacerse el gracioso sacando un paquete de palomitas para evidenciar que no le quedaba más que observar los ataques entre sus adversarios.
Este esfuerzo por añadir un toque de humor sorprendió a muchos. A mí no me gustó porque era reiterativo, porque él no es precisamente gracioso y además me parecía que optaba por la autoexclusión.