Por Jimena de Gortari
“La manera de mejorar el paisaje sonoro mundial es simple … Tenemos que aprender a escuchar” (Schafer, M. 2006).

El Día Internacional de la Escucha se celebró el pasado 18 de julio, busca promover la conciencia sobre la importancia de escuchar y los efectos que tiene el ruido en nuestras vidas. En este espacio hemos mencionado cómo este contaminante es un problema de salud pública y de lo poco que se hace para contrarrestarlo. Esta celebración fue propuesta por el compositor, escritor, educador y ecologista acústico canadiense Murray Schafer. 

La ecología acústica es la disciplina que estudia la relación del sonido entre los seres vivos y su entorno, se inició en los años sesenta en la Universidad Simon Fraser en Vancouver. Con ella se formula una nueva manera de entender los ambientes sonoros al acuñar el término de paisaje sonoro – soundscape, paysage sonore- que se refiere a la totalidad de los sonidos que conforman un entorno específico, tanto naturales como humanos y el cómo la población los percibe. Este concepto ha tenido un impacto profundo en diversas disciplinas, incluyendo la música, la arquitectura, la psicología ambiental y los estudios culturales.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.