¿Qué chismes traes? ¿Qué ha pasado de nuevo? Una pregunta que me hacen de manera recurrente y que me hizo preguntarme: ¿quién no aprovecha alguna reunión para pedirle al “tío doctor”, al “primo abogado” o a ese familiar especialista una consulta gratis? El clásico favorcito. El trabajo nunca se queda en la oficina.
Pero mi principal reflexión, que decidí compartirla, es porque esa palabra me sacude. Las noticias de espectáculos no son de chismes. Van mucho más allá. Resulta tan ofensivo decir que un periodista de espectáculos habla de chismes como afirmar que un médico neurólogo es un curandero.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), “chisme” significa: noticia verdadera o falsa o comentario con el que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna.
Por la propia definición de la RAE es que me indigna que llamen a mi trabajo “chismes” con esa facilidad y soltura. No doy noticias falsas y ningún medio en el que he colaborado permite publicar información que no haya sido cotejada.
Nunca pretendo o he pretendido indisponer a unas personas con otras. Simplemente consigo hechos verificados de personajes que deciden que su profesión sea pública y sus acciones son del interés de quienes “les hacen el favor” de consumir sus obras. No más, no menos.
En verdad que es una carrera muy noble. La cobertura de las noticias de este tema nos permite asistir a espectáculos maravillosos para la reseña, conciertos que pasan a la historia, obras de teatro y entrevistas a personajes sumamente interesantes.
Detrás de cada nota hay un equipo de profesionales trabajando, muchas veces, sin descanso. Se pasan noches en vela los reporteros, camarógrafos y operadores, en hospitales, aeropuertos y funerarias por conseguir una nota.
Aunque no trabajamos en medio de balaceras, zonas de guerra, crimen organizado ni estamos expuestos a morir como muchos de nuestros colegas que se especializan en información nacional (recordemos que el número de periodistas asesinados en México es indignante), cada rama de la información debe ser tomada en serio.
Recuerdo una conversación que tuve con una actriz que se dedica a la comedia: “¿Qué chisme traes para hoy?”, me preguntó. Yo respondí: “se dice, ¿qué información de espectáculos traes para hoy?, ¿o acaso a ti te gusta que te digan comediante y no actriz (es una queja recurrente entre los actores que se dedican a hacer reír)”. Desde ese día no ha vuelto a decir la palabra chisme para referirse a mi trabajo.
Reitero que no tengo nada en contra de ese término y hay muchos colegas que basan su contenido en rumores sin confirmar o información dañina. Pero quienes respetamos esta profesión tenemos que hacernos escuchar.
Una crítica muy recurrente por parte del público es: ¿por qué no hablan más de cultura en sus espacios? La respuesta es simple: los ratings y las estadísticas no mienten: no se consume.
En una conferencia lo pusimos a prueba; preguntamos ciertas cosas de la vida de Niurka y otras más de la de Frida Khalo. Todos sabían responder sobre la vida de la primera, evidentemente.
Por otra parte, el área de espectáculos no consigna cultura. Son dos ramas especializadas del periodismo y distintas. Si queda duda, revisen cómo se divide un periódico. Espectáculos es una sección, cultura otra. Como lo es la información política de la financiera.
El mundo ha cambiado y la forma de informar también. A veces parece que nos dedicamos a información policiaca, pero los problemas legales de los famosos también son noticia. Y sí, su vida privada también es pública mientras ellos no decidan mantenerla privada.
Otro cambio son las redes sociales y la forma en cómo convirtieron a algunos personajes en “famosos”. Antes se necesitaba talento para ser conocido y reconocido. Ahora sólo basta con un video viral en donde expongas tus motivos para no estudiar y meterte un condón por la nariz. Aunque es una fama tan efímera como superficial.
Haré referencia a Carmen Salinas y es que con su muerte nos hicimos una pregunta: ¿figuras como ella volverán a existir? Carmelita no sólo era actriz, carrera que cabe mencionar duró 60 años, tuvo varias facetas, entre ellas la política y la empresarial, mundo en el que logró destacar por los negocios que emprendió. Nunca mejor utilizada la frase “ya no los hacen como antes”.
El problema no es la industria del entretenimiento al que muchos se refieren como “chismes”, el problema es: ¿a quiénes estamos haciendo famosos?, ¿qué es lo que consumes? Y es ahí donde podríamos empezar, porque la prensa del corazón o los tabloides (como algunos nos llaman) ofrecen lo que el público quiere consumir.
@vegabiestro
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