Por Juana Ramírez
¿Se imaginan un congreso de medicina en el que los asistentes seamos personas comunes -no especialistas- interesados en aprender más de una enfermedad tan importante como el cáncer?
Los congresos médicos tienen su orígen en las reuniones científicas y académicas entre profesionales de la medicina celebradas desde la antigüedad para discutir, algunos temas como el abordaje diagnóstico de las enfermedades, el plantear hipótesis sobre sus causas, proponer tratamientos nuevos y compartir experiencias en el uso de tal o cual metodología quirúrgica o sustancia química capaz de cambiar el curso de las enfermedades o mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, el concepto moderno de congreso médico se desarrolló a partir del siglo XIX con el surgimiento de las sociedades médicas y la organización de eventos periódicos para la presentación y discusión de investigaciones y avances en el campo de la medicina, impulsados principalmente por la industria farmacéutica, por ser espacios académicos ideales para la educación médica continua y la presentación de estudios clínicos.
Algunos de los antecedentes históricos más importantes de los congresos médicos incluyen la fundación de la Asociación Médica Americana en 1847, la creación de la Sociedad Médica de Londres en 1834 y la realización del Congreso Internacional de Medicina en París en 1867. Estos eventos sentaron las bases para la organización de congresos médicos a nivel nacional e internacional, que se han convertido en una herramienta fundamental para el intercambio de conocimientos, la actualización profesional y la colaboración entre expertos en diferentes áreas de la medicina.
Otro elemento clave de los congresos son los créditos académicos para médicos que suelen ser otorgados por instituciones educativas o colegios médicos, y se basan en la asistencia y participación en actividades educativas y formativas durante el congreso. Los médicos pueden obtener créditos académicos al asistir a conferencias, talleres, presentaciones de casos clínicos, entre otras actividades, y luego completar una evaluación o examen para demostrar su comprensión y aprendizaje. Estos créditos suelen ser necesarios para mantener la certificación y licencia médica, por lo que es importante para los médicos asistir a congresos y eventos educativos y seguir actualizando sus conocimientos y habilidades. Además, los congresos médicos también son un espacio para el networking entre colegas y una buena razón para hacer una pausa de la extenuante rutina clínica diaria.
Mucho se ha platicado ya en foros de marketing farmacéutico, dispositivos y tecnologías para la salud, acerca de la necesidad de innovar también en la manera que se comunica en estos eventos, porque el formato más común siguen siendo las conferencias magistrales impartidas por expertos que hablan de sus temas en elevadísimos lenguajes que con esfuerzo comprende sólo el auditorio especializado. Pero bajo mi punto de vista, a esos congresos y a todos los foros y summits del sector salud, en el que normalmente coincidimos siempre los mismos actores del ecosistema, les sigue faltando algo fundamental: la conexión de todo ese conocimiento con la gente común. ¡Claro! con los pacientes, cuidadores y familiares, pero también con todos los demás -enfermos potenciales por cierto- dado que si no empezamos a educarnos sobre la prevención, los tratamientos y todo lo que deberíamos saber sobre este tan poco valorado -hasta que no se tiene- privilegio de estar sanos, el costo personal y social, seguirá siendo muy elevado.
Por esa razón, recibí con mucho entusiasmo la invitación de los doctores Antonio Alfeirán y Jean René Clemenceau, ambos extraordinarios oncólogos, para sumarme como coordinadora del Primer Congreso de Oncología que ellos llamaron “Para el Público General” -pero al que yo prefiero decirle “Para todos”-, en el marco del Tercer Congreso Internacional de Oncología del Ángeles Health System, del 23 al 26 de abril, en el Auditorio del Hospital Ángeles del Pedregal en la Ciudad de México. Déjenme darles una probadita de la agenda que hemos preparado:
- Tres conferencias con mujeres sobrevivientes al cáncer: Geo Gonzalez, Isolde Artz y Ethel Soriano.
- Una entrevista al estilo Health Café® con la diseñadora Tanya Moss, porque todos conocemos sus mariposas, pero pocos saben que ella recibió el diagnóstico de cáncer de sus dos padres… el mismo día.
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