Por Karina de la Vega
Hablar de anticonceptivos para adolescentes en México no es solo un tema de salud; es como intentar desenredar una maraña cultural que lleva décadas entre mitos, tabúes y, lo más preocupante, desinformación. A pesar de los avances que hemos logrado en los últimos años, todavía seguimos arrastrando la idea de que hablar de sexo con adolescentes es “invitarles” a tener relaciones. A ver, seamos realistas: ¡No necesitan una invitación para ser curiosas y curiosos y explorar su sexualidad!.
Pero antes de entrar en esos detalles, hay que reconocer que México ha hecho sus tareas en lo que respecta a las normativas. La NOM-005-SSA2, la NOM-047-SSA2 y la NOM-046-SSA2 son leyes que garantizan acceso a métodos anticonceptivos y servicios de salud sexual para adolescentes, e inclusive para aquellas víctimas de violencia sexual. ¡En teoría, estamos cubiertos! Pero claro, la realidad es otra cosa. Según CONAPO, entre 2017 y 2022, la tasa de embarazos adolescentes se redujo un 30%, lo que suena bien… hasta que miras a estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, donde las tasas siguen siendo tan altas que parecen sacadas de otro continente. Si bien el avance es mayor a los objetivos planteados, aún nos queda trabajo por hacer.
Los mitos que nos arrastran al pasado
¿Qué tienen en común el condón y los extraterrestres? Ambos están rodeados de mitos. “Los anticonceptivos hormonales te hacen estéril”, “usar condón reduce el placer”, “los bebés nacen con el DIU incrustado” y mi favorito, “hablar de sexo con las hijas e hijos les incita a hacerlo antes de tiempo”. Estos mitos no son solo creencias inofensivas; están impidiendo que las y los adolescentes tomen decisiones informadas sobre su salud sexual. No es que falten leyes o anticonceptivos; lo que falta es información. Información real, directa, sin tapujos.
A esto hay que sumar el estigma que rodea el uso de anticonceptivos. En muchos casos, estas chicas y chicos ni siquiera se animan a buscarlos por miedo a ser juzgados por sus amistades, parejas o por los propios adultos. Lo irónico es que, al final, terminan embarazándose o contrayendo infecciones de transmisión sexual (ITS), problemas que podrían haberse evitado fácilmente con un poco más de apertura e información en tiempo y forma.
Ahora, tampoco se trata de ignorar los avances y solo ver el vaso medio vacío. México ha avanzado en esta materia, y mucho de este progreso se debe a la buena coordinación desde el gobierno, entre dependencias federales y estatales, organismos públicos relacionados y organizaciones de la sociedad civil. Los grupos de trabajo interinstitucionales han demostrado que, cuando se trabaja en conjunto, se puede avanzar. Pero esta coordinación debe mantenerse y fortalecerse, porque aunque hemos llenado varios huecos, aún persisten muchos desafíos.
El embarazo adolescente: más que un simple “error de juventud”
El embarazo adolescente no solo se trata de un “momento de descuido” ni de material para hacer películas que hacen ver normalizado el que un chico se aproveche de una chica en estado de ebriedad. En la mayoría de los casos, afecta mayormente a las jóvenes de manera desproporcionada, truncando sus posibilidades de continuar con su educación y su proyecto de vida. Y no es solo que dejen la escuela; es que entran en un ciclo de pobreza que es difícil de romper. A largo plazo, estas adolescentes muchas veces se convierten en madres solteras que luchan por sobrevivir y, peor aún, sus hijas e hijos crecen en situaciones de vulnerabilidad que perpetúan este ciclo. Lo más alarmante es que, en algunos casos, los embarazos adolescentes ni siquiera son el resultado de una relación consentida, sino de violencia y abuso normalizado al grado de invisibilizarse.
El problema radica en que, aunque hay avances, la información no está llegando a todos los rincones. Si bien en la Ciudad de México el uso de anticonceptivos es bastante común, en lugares como Milpa Alta o Xochimilco, las tasas son comparables a municipios de Chiapas. Es aquí donde necesitamos mejorar: llevar la información y los recursos a las áreas más necesitadas. Además, todavía falta educación sexual integral en las escuelas, que no solo hable de biología, sino de derechos, de consentimiento y de no violencia; respetando el material revisado y actualizado en los libros de texto gratuitos, con mayor capacitación a los docentes y reforzando que no se salten estos temas o se prohiba la distribución de los mismos, como sucedió en Aguascalientes en fechas recientes.
El rol de las organizaciones de la sociedad civil
Aquí es donde entran Mexfam y otras organizaciones de la sociedad civil. No se trata solo de distribuir anticonceptivos, sino de educar. La educación sexual integral es la verdadera solución. A través de programas como OrientaSex, estas organizaciones proporcionan un espacio seguro donde las y los adolescentes pueden recibir información confiable, sin juicios ni estigmas. Porque lo que necesitamos no es solo que usen anticonceptivos, sino que entiendan su sexualidad, que sepan que tienen derecho a tomar decisiones informadas y responsables sobre sus cuerpos.
El reto ahora es mantener y mejorar la coordinación que ha permitido estos avances. El trabajo conjunto entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones educativas es la clave para cerrar las brechas que aún persisten. Porque sí, hemos mejorado, pero la población adolescente en las zonas rurales, las comunidades indígenas y las regiones más alejadas del país siguen enfrentando desafíos enormes.
En resumen, el acceso a anticonceptivos para adolescentes es un derecho, no un lujo. Y para que este derecho sea realmente efectivo, necesitamos romper con los mitos, los tabúes y las barreras que siguen impidiendo que las y los jóvenes accedan a la información y los servicios que necesitan. OrientaSex está aquí para ti, para informarte de manera gratuita y confidencial. Llama o envía un WhatsApp al 5579995957 o marca al 5589427111. ¡Infórmate, es tu derecho!
*Karina de la Vega es Directora de MEXFAM
Bibliografía:
1. Consejo Nacional de Población (2024). Tasa de embarazos adolescentes, al nivel de África: Conapo. La Jornada. https://www.jornada.com.mx/2024/09/20/politica/016a1pol
2. Consejo Nacional de Población (2024). Aún hay rezago en uso de anticonceptivos entre mujeres y adolescentes: Conapo. La Jornada. https://www.jornada.com.mx/2024/09/26/politica/015a1pol
3. Consejo Nacional de Población (2024). Día Mundial de la Prevención del Embarazo en Adolescentes, 2024. Gob.mx. https://www.gob.mx/conapo/es
4. Organización Mundial de la Salud (2019). High rates of unintended pregnancies linked to gaps in family planning services. OMS. https://www.who.int/es/news/item/25-10-2019-high-rates-of-unintended-pregnancies-linked-to-gaps-in-family-planning-services-new-who-study
5. Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos PROMSEX (2011). Mitos y Métodos Anticonceptivos. https://promsex.org/wp-content/uploads/2011/04/mitosymetodosanticonceptivos.pdf
6. Guttmacher Institute (2013). Desmitificando Datos: Guía de uso de evidencia para mejorar la salud y los derechos sexuales de la gente joven. Guttmacher Institute. https://www.guttmacher.org
7. Secretaría de Salud (2015). 12 mitos y prejuicios sobre la atención a la salud sexual de adolescentes. https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/5519/5903
8. Secretaría de Salud (2015). Norma Oficial Mexicana NOM-005-SSA2-2015. Diario Oficial de la Federación.
9. Secretaría de Salud (2015). Norma Oficial Mexicana NOM-047-SSA2-2015. Diario Oficial de la Federación.
10. International Planned Parenthood Federation (2023). Uniendo Esfuerzos Estrategia 2023–2028. https://www.ippf.org
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Comments ()