Por Laisha Wilkins
Es urgente acercar la política a la ciudadanía, evolucionar la comunicación, bajar la terminología, politizar a la juventud que cada vez es más y tiene menos conciencia de su voto, pues no se informa a fondo si no por lo viral, si acaso; y tampoco hemos entendido sus formas, sus tiempos y su capacidad de retención. Y no sólo esta generación, todos hemos -con las redes sociales y la saturación de información- cambiado nuestros tiempos, nuestra tolerancia y nuestras necesidades.
Pero ni la televisión ni el radio ni la mayoría de los formatos digitales lo han entendido aún, cambian constantemente de elencos y periodistas creyendo que la fórmula para retener audiencia es el número de seguidores en redes o el personaje viral del momento que generalmente tiene vida corta, sin entender que es la forma de entrega la que debe cambiar no quien la entrega.
La necesidad de entretener e informar se puede lograr al informar entreteniendo. Se debe apostar al info-entretenimiento y a nuevas formas de compartir el sistema, la política y su engranaje, de acercarla mucho más al ciudadano. Y se debe entender que el mexicano no es un ciudadano solidario. Creemos lo contrario por los cinco días de “la culpa del sobreviviente en catástrofes”, pero la realidad es que después se olvida totalmente del damnificado. Al mexicano sólo le importa lo que le afecta en lo personal, es decir si le dices que la nueva reforma energética pone en riesgo la inversión extranjera, no le importa, no ve más allá, pero si le dices que con ella tendrá apagones constantes en su casa y subirá el precio de su recibo de luz, entonces…sí que le importará. Empecemos a seducirlo con la resultante hacia sus afectaciones personales
Estudiemos los perfiles de redes para poder permear las mentes tan saturadas y apáticas hoy en día, cada uno tiene su forma e interés, las redes tienen sus propios ecosistemas y tiempos y lo que le funciona a uno en una puede no funcionarle en otra red. Por eso es importante encontrar los recovecos de identidad en cada una y diseñar planes de comunicación en particular.
¿Por qué no estudiar la forma en la que se entregan las noticias, lo que sucede en las Cámaras, las iniciativas, las reformas? Todo lo que corresponde a lo político debe ser presentado de forma atractiva para enganchar al espectador.
¿Pero cómo hacer de la política un tema de interés?
Así, con peras y manzanas, con ejemplos coloquiales, con similitudes y repercusión de nuestro día a día. No es sexy lo que no se enseña, lo que no se muestra, lo que no seduce.
Conocer la práctica del Poder Legislativo, sus iniciativas, sus decisiones y sus resultantes son de vital importancia para cada mexicano, y en realidad muy interesantes. Se debe también reducir el tono de ataque e intercambiarlo por uno de… A mayor información, mejores decisiones y mayores oportunidades.
Bajo el entendido de que hoy somos nuestros propios programadores, que vivimos de la mano con un aparato que nos entrega contenido 24/7 y que el sistema en el que vivimos también acorta nuestros tiempos e interés, es una necesidad encontrar mejores caminos para compartir la política, que en realidad es un tema atractivo y va de mano con todas las áreas de nuestra vida. Si lográramos hacer entender a la ciudadanía la importancia de esta y así acercarla, el país cambiaría y con ello nuestras vidas. Y es que es lejana para muchos, con palabrejas poco entendibles y procesos complicados, está estereotipada como compleja y de mala praxis. Y claro que no voy a defender a la clase política ni sus quehaceres pero en realidad, si la entendiéramos, nos daríamos cuenta que hasta interesante es. Pero sobre todo la importancia de ella en todo lo que hacemos. No nos damos cuenta que al no involucrarnos permitimos que lastimen nuestros derechos, nuestras oportunidades, nuestro futuro, nuestro día a día.
La apatía es la que ha decidido las dos últimas elecciones, el abstencionismo en ambas ha sido mayor al número de votos del elegido en turno. Es momento de repensar cómo involucramos al ciudadano para que sea partícipe y un real elector.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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