Por Laisha Wilkins
Cuando nuestra vida cursa una etapa de incertidumbre, es de gran utilidad sostenernos en la certeza de que las cosas se resolverán siempre de la mejor manera.
Mi abuelo Tato tenía un hermosa frase que regalaba como mantra cada vez que alguien pasaba por un mal momento, y que escribió en papel antes de morir; la tengo enmarcada en casa pues ha regido mi vida cada segundo y me ha permitido transitar por ella con mayor facilidad: “Gracias a Dios todo pasa…”.