El miércoles fue la votación para intentar llamar a comparecer a los funcionarios encargados de las obras del Tren Maya (Javier May, de Fonatur, y María Luisa Albores, de Semarnat, entre otros) y la gente en redes tundió a los senadores de oposición que no se presentaron a la votación. Esto me parece maravilloso, nunca antes habíamos visto tanta vigilancia por parte de la ciudadanía, pero considero que de la misma forma deberían vigilar las propuestas y las iniciativas que los legisladores presentan. En la Cámara de Diputados, por ejemplo, existen propuestas como la de que no haya elotes durante los festejos de las fiestas patrias porque, ¡les avientan elotazos a los presidentes municipales! Y claro, ¿cómo culparlos? Es el momento de, entre la bola, pasar desapercibidos y vengarse de su mala gestión. Pero también están la de prohibir los escupitajos, sancionar a los gorrones en las fiestas, prohibir las minifaldas, darse besos en público, prohibir la venta de cerveza fría para que no se la tomen ahí en la calle, y la de que se promulgue el día de López Obrador.
Cada iniciativa o decreto que se aprueba en la Cámara de Diputados nos cuesta 4 millones 770 mil pesos. ¡Sí, así como lo oyen! Casi cinco millones de pesos para decretar el Día de las Abejas, el Día de las Personas de Talla Pequeña, el Día del Juguete Bélico, el Día de la Oratoria, el Día Nacional del Urbanista, el Día Nacional de los Niños por Nacer y, una joya: el Día Nacional de Ignacio Pérez… ¿Y quién fue Ignacio Pérez? Fue el chismoso que llegó a avisarle a todo el mundo que ya estaba consumada la Independencia. En fin, además del costo de cada iniciativa les pagamos más de 88 mil pesos al mes a cada uno para que desde su escaño, si es que asisten, presenten INICIATIVAS PENDEJAS… mientras el país se cae a pedazos. ¡Exijámosles!
Las inasistencias son otra vergüenza: que si no fueron a la votación porque estaban en un foro de no sé qué o que si tuvieron asamblea de partido, en fin, he escuchado una y mil excusas, pero también casos como el de la senadora, hoy del PAN, Lilly Téllez, quien se ausentó en esta ocasión por motivos de salud, que la incapacitaron, y se le fueron encima cuando ha hecho un trabajo ejemplar en el Senado, o el de la senadora del PRI Claudia Anaya, quien se disculpó por no llegar al salón del pleno y no estaba ahí porque la votación no estaba programada. También ha hecho una labor invaluable en el Senado, sobre todo para las personas con discapacidad, hay que reconocerlo.
Pero además hay personajes como las y los senadores, también del PRI, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong y Josefina Vázquez Mota, quienes se presentan como opositores ante las cámaras y en sus textos de prensa, pero siempre se ausentan en las votaciones importantes como la del pasado miércoles. “No tomar una decisión es tomar una decisión”; lo mismo para el senador Manuel Velasco, del Partido Verde… sí, ¡del VERDE! Pura simulación, la misma que la de todas las actrices y los actores que salieron a pedir el voto, en plena veda electoral, por el Verde para que no destruyeran la selva y hoy ni sus luces… #VendePatrias.
Solo a partir de la ciudadanía habrá un cambio, pues, como hemos dicho, ningún político ha logrado cambiar a México porque sus ciudadanos no exigen con inteligencia y permanencia.
No se trata solo de gritonearles en redes groserías o hacer memes, se trata de vigilar su trabajo legislativo, sus iniciativas, su asistencia, sus resultados. Todos tienen su contacto público para que te hagas presente e igualmente puedes revisar sus asistencias y trabajo legislativo, que es público. Ellos modifican las leyes, ellos deciden por ti y esto resulta en tu beneficio o perjuicio de manera directa.
@laishawilkins
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