Por Laura Brugés
“Por nosotros se pueden ir a sesionar al infierno, pero aquí en la Cámara de Diputados no van a sesionar hoy, ni mañana”, con esta frase de la vocera de los trabajadores de base del Poder Judicial de la Federación arrancó la larga jornada de discusión y aprobación de la reforma al Poder Judicial. Ella, junto a otros trabajadores, desde la madrugada, acudieron a bloquear las entradas de San Lázaro para impedir el desarrollo de la sesión.
Y vaya que fue literal aquello del infierno, el calor en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca era infernal, donde fue la sede alterna de la Cámara de Diputados, para aprobar esta reforma que pretende debilitar a otro Poder. Ni los ventiladores que había en el lugar daban esperanza, apenas se sostenían, al igual que la democracia, que agoniza, conforme pasaban las horas de esta sesión acalorada, escasa de argumentos técnicos y que parecía más un mitin de Morena, por tantas loas para reafirmar su lealtad al Presidente.
A los estudiantes, los diputados del oficialismo les prometieron un diálogo, pero la respuesta fueron cadenas y policías. Alzaron su voz y bloquearon Viaducto Río Piedad en ambos sentidos, al menos para que la ciudadanía se enterara de su clamor, y que si bien, hoy perdieron tiempo en llegar a su destino, al menos se enteraron de que mañana perderán más derechos, gracias a este grupo de estudiantes que les insistían que perderían hasta el derecho de ampararse. O como dicen las mantas que sostienen: sin justicia no hay futuro.
A los aficionados del béisbol y de los Diablos Rojos de México les pospusieron el primer juego de la Serie del Rey. Al menos, también las protestas y el uso de esta sede cercana al estadio Harp Helú, ayudó a que más personas se enteraran de lo que se estaba aprobando, gracias a un comunicado de la LMB se supo lo que estaba pasando. Los procesos legislativos no son de importancia para la sociedad o de plano son muy complejos de entender.
Ver la cara de impotencia de los estudiantes de derecho de varias facultades fue frustrante, a quienes ha acusado el oficialismo de ser manipulados por enemigos imaginarios. Afortunadamente, en este bloqueo en los alrededores de la sede alterna, no se acercó ningún actor político arrimado a opacar su lucha.
“Un Congreso que sesiona con vallas, tanquetas y exceso de policía es simplemente una dictadura”, recordé aquel viejo tweet del coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, del año 2013, una foto en la que camina afuera del Senado lleno de vallas y policías, en aquel pasado del sexenio peñista. Hoy esas vallas, muros, policías y cerrazón cambiaron de manos. Se convirtieron en lo que tanto juraron destruir.
En tanto, los diputados de Morena se tomaron esto como un paseo de campo o más bien, como pilotos de la Fórmula 1. Ingresaron al lugar, donde se llevó a cabo la sesión, transitando por la pista del Autódromo Hermanos Rodríguez, con los alerones abiertos por la rapidez legislativa que les exigieron para aprobar este dictamen.
Los diputados de oposición que llegaron después, en una de las entradas tenían que pagar un peaje simbólico a los trabajadores del Poder Judicial y estudiantes, con una penitencia de unirse a su porra en contra de la reforma, unirse a la valla humana con los manifestantes y mostrar su posicionamiento en contra para poder pasar.
La votación de viva voz, tan predecible como los discursos de los diputados cargados de cursilerías y demagogia; los periodistas que cubrimos la fuente estábamos en las gradas con las manos y la mente cansada, escribiendo y transmitiendo con dificultad por la falta de internet y el mal sonido, en este infierno legislativo, carente de nota, de calidad de argumentos, lleno de gritos con discursos repetitivos sobre esta nociva reforma. Los buenos parlamentarios parecen cosa del pasado.
¡Al diablo con las instituciones! Esa frase se está materializando, con el resentimiento de un hombre que está yendo lejos, tan lejos como para dañar el futuro de los estudiantes, tan lejos como para ignorar el freno a las inversiones en México. Mandaron al infierno la independencia judicial y disolvieron la división de poderes. Y sí, se aprobó en lo general la reforma judicial en el infierno.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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