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Por Laura Brugés

El legado de Martin Luther King Jr. es una guía ineludible para quienes buscan transformar las sociedades fragmentadas. Su activismo, basado en la no violencia, la inclusión y la esperanza, nos invita a reflexionar sobre la realidad que vivimos en México  y  en Estados Unidos, donde la polarización político-social se ha intensificado en los últimos años. Por un lado el discurso de Morena, que ha dividido profundamente al país, exacerbando las diferencias raciales, económicas y culturales, y reviviendo prejuicios que deberían ser cosa del pasado; y por otro lado en los Estados Unidos la unidad por la que abogó el presidente Joe Biden en su discurso de investidura quedó diluida con la temporada 2 de la era Trump. 

 

King nos enseñó que la lucha por la justicia social no debe cimentarse en el odio ni en el resentimiento, tampoco en deshumanizar con quien no se está de acuerdo. En contraste, el discurso político en México muchas veces alimenta un clima de "nosotros contra ellos", en el que las clases sociales y los orígenes étnicos se usan como herramientas para dividir, no para unir. Este fenómeno es particularmente peligroso porque abre la puerta a la normalización del racismo y el clasismo, dinámicas que King combatía con una firme creencia en la igualdad y la dignidad humana. 

 

O ¿qué decir de lo que sucedió en el período entre de las últimas dos elecciones en los Estados Unidos?, el país vecino del norte fue sacudido por una ola protestas a favor de una mayor igualdad racial y una relativa aceptación a la inmigración. Pero con la elección del pasado 5 de noviembre de 2024 la campaña del presidente electro, Donald Trump, con la retórica antiinmigración, dejó ver que los niveles especialmente de incitación al odio hacia los grupos minoritarios nunca se fueron.

 

Lo más preocupante es que, en vez de buscar la reconciliación y el entendimiento, el discurso dominante muchas veces fomenta una narrativa de confrontación, donde el «otro» —ya sea por su nivel socioeconómico, su región de origen o su color de piel— se convierte en el enemigo. Esto no sólo fragmenta a la sociedad, sino que también perpetúa ciclos de desigualdad que no pueden resolverse sin un esfuerzo colectivo y solidario.

 

Es hora de que recordemos el ejemplo de Martin Luther King Jr., quien logró inspirar a millones con un mensaje de unidad en tiempos de profunda división, donde la sociedad estadounidense se quedaba detrás respecto al resto del mundo occidental. Incluso, a diferencia de México, donde la población negra ―en el caso de los esclavos―, gozaban de ciertos derechos, aunque limitados, desde el siglo XVI como parte de la tradición jurídica española-cristiana, y que en el siglo XX todos pasaron a ser iguales ante la ley.

En los Estados Unidos de América no fue posible una ley que igualara a la población hasta 1964 y un año más tarde el derecho a voto por parte de los afroamericanos. Quizás no habría sido posible sin quien recordamos en el marco del  96 aniversario de su natalicio; su capacidad para tender puentes entre comunidades enfrentadas, su apuesta por el diálogo y su rechazo a la violencia como solución nos muestran un camino viable para un México que, aunque desigual, también puede ser solidario.

 

Los liderazgos políticos y sociales en México tienen una responsabilidad histórica: combatir el racismo, el clasismo y la xenofobia, no con discursos vacíos, sino con acciones concretas que promuevan la justicia y la equidad. Sin embargo, estamos lejos de tener figuras visibles que lideren dicha responsabilidad, indistinto del partido político ¡Qué decepción! No nos queda de otra que empezar desde nuestro entorno, como ciudadanos: respetando al otro, no deshumanizar a aquella persona en redes sociales, condenar los discursos de odio cuando se masifican, atrevernos a pensar diferente sin miedo al qué dirán. 

 

 *Laura Brugés es una periodista especializada en política y economía. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, donde se desempeñó como reportera cubriendo el Congreso de la Unión. Además, ha colaborado en programas de radio y televisión, y ha publicado reportajes en plataformas digitales. Conferencista en temas de democracia digital

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