Por Laura Brugés
Fue vergonzoso ver a diputadas de Morena apoyando la presentación y votación del dictamen, para desechar la solicitud de desafuero del diputado Cuauhtémoc Blanco, pero aún más deleznable, indigno y sumiso, que le cedieron su tiempo en tribuna, cuando ni siquiera estaba enlistado el ex gobernador de Morelos. Las mismas morenistas violaron hasta el reglamento del Congreso con el fin de dar oportunidad a que el presunto violador cerrara la ronda de intervenciones. Esto es la literal representación de que llegaron ellas al poder, para encubrir a quien agrede a una mujer.
Más allá del espectáculo que vimos en el Pleno de San Lázaro, hay que hablar de algo urgente y que es el fondo de este asunto, los espacios de poder aún no nos pertenecen, porque aquellas que nos representan, votan con miedo, se retractan, están siendo reconvenidas por los señores en el poder. Los mismos que deciden qué mujeres llegarán a los cargos, ponen y quitan a su antojo, a quienes no se alinean a sus intereses.
El machismo se respiraba en los pasillos, en el pleno y en la máxima tribuna del país, cada momento desde las entrevistas y las intervenciones durante la sesión se sintió como una cachetada a la lucha feminista. Desde el diputado de Morena Pedro Haces, que en una entrevista se jactó de ser el más “feminista”; hasta la presentación del diputado Hugo Erick Flores, presidente de la Sección instructora, afirmando que con la resolución de desechar la solicitud de desafuero de Cuauhtémoc Blanco estaban "salvaguardando el derecho de la víctima" ¡Por Dios! nada más faltó que dijera que la víctima era Cuauhtémoc Blanco.
Otra dosis de machismo la dio la Mesa Directiva, el diputado Sergio Gutiérrez Luna quedó como un árbitro vendido, le cerró el micrófono a su compañera de Morena, la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Anais Miriam Burgos. Además, permitió que se violara el reglamento del Congreso, al dejar que ex futbolista rematara la jugarreta en la tribuna, cuando ni siquiera estaba enlistado en las intervenciones. Y quien le señaló su falta fue la diputada del Partido del Trabajo, Margarita García al decirle: “¡Qué lamentable que a un posible violentador le hayas dado la palabra! No es la primera vez que rompes un acuerdo. ¡Aquí no estás en tu casa!”.
La bancada morenista votó dividida, mientras que el Partido del Trabajo siendo aliado de Morena no acompañó a su bloque, con el supuesto acuerdo de que Cuauhtémoc Blanco se presentaría en la Fiscalía de Morelos y con fuero. En palabras de la diputada Lilia Aguilar, que a pesar de ser defensora de la 4T, también les dijo sus verdades: “¡Con todo respeto! ¿Que me digan cuál dedo quiere que nos chupemos?”
A la vicecoordinadora de la bancada morenista, Gabriela Jiménez la doblaron a punta de amenazas de perder su cargo, después de haber manifestado en un comunicado que votaría en contra de desechar el dictamen y ¡Oh, sorpresa! Al final votó en abstención.
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