Por Laura Brugés
Mientras que Morena y sus aliados no contentos con todo lo que se llevaron en los Congresos Locales y Federal, en la pasada elección del 2 de junio, quieren ir por más, ahora buscan agandallar las pluris al costo que sea. Usar a sus partidos pequeños para aprovechar la distribución de diputaciones por Representación Proporcional, en detrimento de los partidos de oposición; someter bajo amenaza a consejeras y consejeros electorales que se oponga a este fraude, y violar el tope constitucional de sobrerepresentación máxima del 8%.
Lo que sucedió en el Instituo Electoral de la Ciudad de México (IECM) fue el colmo y el punto de arranque de una discusión que se está replicando en otros Estados y no descarto que suceda a nivel federal.
El IECM ya había hecho una asignación de diputaciones por el principio de Representación Proporcional de los respectivos Grupos Parlamentarios; sin embargo, pese que a Morena había ganado varios diputados por el principio de Mayoría Relativa, por Ley le tocaban menos por Representación Proporcional, para así evitar aquella sobrerrepresentación del 8% que prohíbe la Constitución. Pero entonces, Morena, en el ánimo de meter más perfiles, como Valentina Batres y Pedro Haces, hicieron una chicanada.