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Por Laura Brugés

Los juramentos para el cargo presidencial de los Estados Unidos están cargados de simbolismos y de tradiciones, pero para este texto sólo hablaré de las biblias en la que los presidentes de aquel país juran su cargo ante Dios. Además que, para mí es un libro fascinante, en particular porque el juramento que hará Donald Trump como el presidente 47, será sobre la Biblia de Abraham Lincoln, una sobre la que juró el presidente número 16 hace 162 años. 

 

La Biblia de Abraham Lincoln se ha usado en ocasiones muy particulares. La primera vez, el 4 de marzo de 1861, en un momento en que el país se encontraba al borde de la guerra civil;  en 2009 la usó Barack Obama y por segunda vez en 2013; y ahora con Donald Trump, 2017 y 2025.

 

El juramento sobre una Biblia, ni el discurso, viene descrito como un manual en la Constitución. La tradición fue inventada por George Washington, primer presidente de los Estados Unidos, y empezó a tomar forma como parte de la serie de tradiciones del día inaugural, y que han seguido su curso desde 1789, con algunas variaciones. Y como antiguo miembro de la masonería utilizó una biblia de la logia de St. Johns N.º 1, de los masones de la Antigua York, misma que fue usada por Harding en 1921, Eisenhower en 1953, Carter 1977 y Bush padre en 1989. 

 

Pero no todos los presidentes han protestado sobre una Biblia. Por ejemplo, John Quincy Adams juró sobre un libro de derecho en 1825 y Theodore Roosevelt en 1802 no juró sobre un libro,  tras haber llegado a la presidencia después de la muerte de su predecesor, WIlliam McKinley; o  Lyndon B. Johnson utilizó un misal católico que había pertenecido al presidente John F. Kennedy, asesinado.

 

Ronald Reagan y Dwight Eisenhower tomaron el juramento sobre una Biblia con la página abierta en el pasaje de Crónicas 7:14, que dice: "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra".

 

Aunque Eisenhower también usó la Biblia de Washington abierta en el libro de los Salmos, el más común en las inauguraciones presidenciales. Pero no fue el primero en usar dos Biblias. Harry Truman fue quien comenzó esta práctica, seguido por Richard Nixon y más recientemente el presidente Obama al iniciar su segundo mandato, y ahora Donald Trump

 

Pese a ser una nación laica, llama la atención el uso de los textos sagrados de cualquier tipo, pues se describen, en este tipo de ceremonias, los valores que importan al presidente en turno o su fe, como la marcada tradición de recitar las frases “Que Dios me ayude” o “En Dios confiamos”. 

 

Teniendo en cuenta lo anterior y llegando a esta fecha importante, me surge una paradoja de Donald Trump por el uso de la Biblia de Abraham Lincoln para jurar, si realmente aplica  los principios de este texto sagrado o  los valores del primer presidente republicano quien condujo un país profundamente dividido hacia la Guerra Civil, separado entre el sur que estaba a favor de la esclavitud y el norte abolicionista. 

 

Desde Lincoln a Trump con más de cien años de historia de posición conservadora del partido republicano, que si bien no es un grupo homogéneo, de empezar a promover la abolición de la exclavitud y la igualdad,  pasó por el liberalismo económico a través del tiempo para llegar a una agenda marcada por el control estricto de la migración, la defensa del derecho a portar armas y la protección de los valores tradicionales, mismos que vienen plasmados en la Biblia. 

Mientras que Lincoln se caracterizó por forjar la unidad en medio de la adversidad y por su capacidad de escuchar diferentes puntos de vista, creando la libertad de discrepar sin temor a represalias, Trump logró dividir con una retórica populista, nacionalista, racista y xenófoba que lo llevó a su segundo mandato, mediante un discurso arriesgado para la democracia, las instituciones, la cohesión social,  el distanciamientdo de las políticas de libre comercio, que profundiza las divisiones sociales que ya existen.

 

La historia nos ha enseñado que los segundos mandatos suelen ser más marcados que los primeros. ¿Veremos a un Donald Trump más cercano a Abraham Lincoln o a Ronald Reagan? 

* Laura Brugés es una periodista especializada en política y economía. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, donde se desempeñó como reportera cubriendo el Congreso de la Unión. Además, ha colaborado en programas de radio y televisión, y ha publicado reportajes en plataformas digitales. Conferencista en temas de democracia digital

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@LauraBrugues

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