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Por Laura Manzo

¿Cuántos jefes saben que tomar en cuenta los cólicos de las mujeres que trabajan para ellos ayudará a sus equipos a ser más productivos? Muy pocos, en realidad verdaderamente pocos. En México algunas empresas cuentan ya con políticas de inclusión con perspectiva de género, para dar lugar a que las mujeres tengamos mejores carreras y vidas profesionales, pero solo son unas cuantas las organizaciones que establecen aquellas prácticas relacionadas a la menstruación, a pesar de que en 2019 la ONU reconoció la desatención del tema de la gestión menstrual en escuelas y centros de trabajo. Es que ni siquiera se lo han planteado, admiten sin empacho los líderes empresariales. ¿Qué tiene que ver el negocio con que la mujer “esté en sus días”?, preguntan sin atreverse todavía a nombrar un proceso natural. 

A saber, señoros, este tabú ha impedido no solo que las mujeres trabajadoras gocen de sus derechos a la salud y al trabajo, así como a una vida digna, sino que las empresas gocen de lo mejor de las mujeres: su talento y capacidad. 

Los datos dicen lo siguiente: 48% de las mujeres tomamos horas de la jornada laboral para atender las molestias menstruales. Por otro lado, una de cada tres ha sufrido alguna consecuencia negativa en la vida laboral por comunicar en su lugar de trabajo los malestares menstruales, y 35% de las mujeres se les ha descontado el o los días que faltaron por la misma razón. Mientras, las empresas que sí cuentan con alguna política, que va desde la licencia menstrual, pasando por flexibilidad de horarios o home office, sufren menos consecuencias en su productividad, frente a las que no lo tienen. Esto se explica porque las mujeres, al sentirnos tomadas en cuenta desarrollamos mayor compromiso con nuestros  empleadores, además de que al ser capacitadas en términos de gestión del tiempo y las tareas son repartidas según el ciclo, las afectaciones a la productividad resultan menores. Pero no vaya a pensar usted igual que los líderes que hablan como los de “está en sus días”. Durante la menstruación las mujeres presentamos, entre otros síntomas, disminución en el ritmo de trabajo, falta de motivación y quizás mayor dificultad para mantener el enfoque o agotamiento en tareas rutinarias, pero no se trata de una incapacidad intelectual o falta de liderazgo. 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.