En el país de todo mal, Carmen Aristegui está a la baja en credibilidad. ¿Cómo es esto? La periodista de grandísima y respetable trayectoria. La periodista asediada por los gobiernos neoliberales y conservadores. La periodista muchas veces incómoda también para los empresarios y sus propios patrones. Quien nos presentó en 2014, junto con su equipo de investigación, el reportaje de la “casa blanca”, mismo que logró, semanas después del caso Ayotzinapa (26 de septiembre), terminar de empujar el estrepitoso derrumbe del sexenio de Peña Nieto; la que contribuyó para que los ciudadanos poco politizados tuvieran aversión por la estrella de las telenovelas, dueña de la casa y esposa del entonces presidente de México, Angélica Rivera, y con ello empujara el hartazgo ciudadano hacia la corrupción en su grado más alto de la historia e impulsara también el camino del opositor López Obrador hacia la presidencia. Esa misma. Sí, Aristegui a la baja. Así lo exhibe el Digital News Report (DNR) que publica cada año el Reuters Institute junto con la Universidad de Oxford.
En su más reciente entrega, el DNR resalta la caída del sitio de noticias nativo digital Aristegui Noticias. En 2019, el mismo reporte registraba a este medio digital como el de mayor credibilidad entre la muestra encuestada, que conocía y consumía la marca. Este 2021 aparece en el lugar número 9 del índice de confianza entre los encuestados, después de CNN, El Universal, Milenio, Imagen Noticias, El Financiero, Radio Fórmula, El Economista y Canal 22. En ese orden.
Lo importante aquí no solo es que Aristegui Noticias se movió tantos lugares de un año a otro, sino que los demás medios no se hayan movido varios escalones como sí le sucedió a Aristegui. En 2020, CNN obtuvo el primer lugar, Aristegui el segundo y después le siguen, en el orden, El Universal, Milenio, Imagen Noticias, El Financiero, Canal 22 y Radio Fórmula.
Puede haber varias razones de esto, y una de ellas es que la audiencia de Aristegui era aquella fiel y ciega seguidora de Andrés Manuel y no necesariamente de la verdad en sí. Y que en el momento en que Aristegui sigue cuestionando al poder en turno esa audiencia ya no confía en ella. Y que cuando Aristegui hace su trabajo de exhibir y cuestionar al poder en turno, AMLO la señala como opositora a su gobierno y su credibilidad cambia. “Proceso y Carmen Aristegui nunca han estado a favor de nuestro movimiento”, dijo el Presidente en noviembre pasado, después de que se publicara “Sembrando vida y la fábrica de chocolate”, un reportaje que revela cómo la finca de cacao El Rocío, propiedad de los hijos del presidente, recibe beneficios a través del vínculo que existe entre ellos y el director técnico del programa social Hugo Chávez Ayala. “Yo sostengo que son independientes, pero independientes del pueblo, que nunca se han involucrado, nunca han hecho un periodismo en favor del pueblo”, agregó el todopoderoso.
No así sucede con los demás medios de la lista de Reuters, que, aunque críticos de gobiernos anteriores, también eran vistos como aliados a ellos o a un grupo de empresarios. Si bien se puede debatir la delgada línea entre recibir dinero de los gobiernos y ser críticos a veces o desde algunos espacios y desde otros no dentro del mismo medio, y si también se puede debatir que Aristegui se percibió como aliada para exhibir y cuestionar al PRI antes del 2000 y al PAN entre 2000 y 2012, y aliada a la oposición representada por AMLO, sabemos que ni su plataforma ni ella han dejado de hacer periodismo crítico.
Sin embargo, la popularidad de Aristegui no es el tema, sino sólo el pretexto para enunciar que en una sociedad polarizada Aristegui representaba una esperanza. Lo que nos demuestra este reporte de Reuters es que las audiencias no están necesariamente por la verdad y la democracia, por terminar con la corrupción, por entender lo que pasa para mejorarlo, sino que están en su burbuja polarizada y nada ni nadie logrará fácilmente convencerlas, a pesar de los datos, a pesar de los hechos comprobados. En un país con un mandatario populista este hecho obliga a la reflexión sobre la importancia de los medios, de las investigaciones periodísticas, del periodismo. En un país que no protege a sus periodistas y que sólo simula condenar la violencia contra ellos este hecho y los 50 asesinados durante este sexenio, la mayor cifra de la historia, exige mucho mayor conciencia sobre lo que se consume. Porque no va a suceder. Los gobiernos en México no van a impulsar realmente la generación de periodismo de calidad.
No ha sucedido antes, no sucedió ya en este sexenio ni va a suceder en los siguientes hasta que el nivel político de las clases privilegiadas, medias y medias altas aumente y accione verdaderamente por aumentar también el de las menos privilegiadas. ¿Qué esperamos?
@lauramanzo
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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