Por Laura Pérez Cisneros
Hay males que atacan parejo, se meten en los organismos, te sorprenden, es como si quisieran arrebatarle el timón de vida, como un gancho al hígado que te agarra desprevenido y si, pone a prueba tu fortaleza, tus ganas de vivir y tu actitud , el cáncer es despiadado, está vigilante mientras batallas contra él, pero aun así con todo y miedo le sostienes la mirada y con un certeza que no sabes de donde sale le dices: Aquí estoy y te lo advierto, fácil no será enfrentarte conmigo.
La familia real británica la más antigua e importante del planeta no ha sido exenta de eso, y no ha sido a uno, sino a varios miembros de la corona que se han enfrentado a un cáncer. Las formas y la personalidad de cada uno de ellos, dan cuenta de cómo han sido sus batallas.
El Rey Jorge VI fue un fumador empedernido, murió meses después de que le fue diagnosticado un cáncer de pulmón, enfermedad que trató de no compartir con sus hijas Isabel y Margarita quiso evitarles un dolor a sus princesas.
Llegó el turno de Isabel, cuando bajó en Febrero de 1952 de ese avión procedente de África lo hizo convertida en reina, le esperaba un largo reinado de 70 años. Ya en la parte final de su vida, el Palacio de Buckingham sólo se refería a sus dolencias como “Problemas de movilidad”, uno de los rasgos en la personalidad de la monarca, era ser estoica y así lo aplicó, sólo compartió su dolor con sus cercanos.
El ex primer ministro británico Boris Johnson, quien vio a la reina dos días antes de morir en el castillo de Balmoral, aquel 8 de septiembre del 2022, ha revelado en sus memorias que la reina no murió por su avanzada edad como lo señala el reporte oficial, sino que padecía cáncer de huesos, el mundo se quedó con esa última imagen de ella sonriente, con una falda escocesa, hematomas en las manos pero comprometida con su pueblo hasta final, su enfermedad lo decidió ella, no quiso fuera algo público.
El 2024 ha sido un año de batallas reales, el Rey Carlos III decidió cambiar el rumbo de la historia familiar de su madre y su abuelo y aplicó esa sabia frase que reza: "El rey tiene que ser visto para que sea creíble". Carlos III al año y 4 meses de asumir el trono decidió informar que se sometería a una intervención en la próstata, su valentía tocó a miles de hombres que corrieron a someterse a exámenes pero después anunció que tenía cáncer sin especificar en qué parte a sus 75 años, ahora con un equipo de médicos, Carlos y Camilla viajaron a Australia a una visita oficial son noticias alentadoras para la salud del monarca.
También la cuñada del rey, la Duquesa de York Sarah Ferguson convertida en escritora y ahora “Tik Toker”, lleva 2 rounds ganados, el primero un cáncer de mama diagnosticado en el verano del 2023, a su nuevo pecho lo ha apodado “Derek”; la madre de Beatriz y Eugenia dice que “es un nuevo amigo que la protege con su escudo” . El segundo round fue un cáncer de piel. Fergie reveló que los sentimientos que vivió entonces eran de “vacío, de miedo absoluto”. “No podía expresarme, simplemente me encerré en mí misma, volví a ser una niña pequeña.” Pero superada la lucha, la Duquesa a sus 65 años ha vuelto a sonreír “Es ahora cuando estoy realmente orgullosa de mis cicatrices. Son realmente importantes”.
Lo que no se esperaba, luego de ser “bulleada mediáticamente” por los medios es que la “Joya de la corona”, Kate la Princesa de Gales, quien se sometió a inicios de año a una cirugía abdominal fuera que también enfrentó una lucha personal, un cáncer del que ya terminó su tratamiento en el verano.
En estos momentos, la futura reina consorte ha pasado quizá noches en vela, lágrimas que se guardan en la almohada, sí, el miedo de quien ha vivido esto, el que se apodera de ver que tras someterte a estudios, tu vida está guardada en un sobre de laboratorio y se repite cada seis meses, cada año, de por vida… y ni ser princesa te salva de eso. No son cuentos de hadas, son historias reales.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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