Respira
Por Laura Pérez Cisneros
Pocos seres humanos tienen la fortuna de contar historias que nadie tiene, y una de ellas fue la Reina Isabel II , una de las prioridades en su agenda oficial fueron los encuentros con los presidentes de un gran aliado como lo es Estados Unidos, en total 14 mandatarios tanto republicanos como demócratas de Harry Truman a Joe Biden la conocieron.
Pero hay uno, y republicano que regresa a La Casa Blanca a partir del 20 de Enero del 2025, Donald Trump, que –normal en él- se atrevió a fallar al protocolo en su encuentro con la monarca británica durante su primer mandato, si , el mismo que también fue parte de las “Fiestas locas” y que con-bebió con el pederasta Jeffrey Epstein , otros de los asistentes a estas celebraciones de vino y mujeres, fueron el príncipe Andrés de Inglaterra – hijo de Isabel II- y Bill Clinton.
Y es que la arrogancia y el narcisismo de Trump siempre van de su mano. ¿Puedes imaginar cómo regresará a partir del 2025?
Superó sus números del 2016: De 304 votos electorales pasó a 312, obtuvo control en el congreso, pintó de rojo el país, pero si hay algo que NO tiene este hombre de 78 años es ser caballeroso, basta recordar en el cambio de poder cuando poco antes de la ceremonia al llegar a La Casa Blanca, dejó atrás a Melania, para entrar solo a la residencia presidencial y fueron los Obama quienes reaccionaron rápido y colocaron a la Sra. Trump en medio de ellos, para darle el paso al que sería su hogar por los próximos cuatro años.
Visita de Estado.
Desde que pisó la capital británica en Junio del 2019, Trump de entrada se fue contra el alcalde de Londres de origen musulmán Sadiq Khan al que llamó “perdedor y asqueroso” en respuesta a las críticas hechas por el alcalde de que no se le debería poner una alfombra roja al presidente de EU.
Llegó el día, en el Castillo de Windsor fue la recepción, la reina acostumbrada a la puntualidad inglesa llegó a los jardínes reales con un traje sastre en color azul, coronado por un hermoso sombrero, ahí solita esperó por largos dos minutos que para la puntualidad de su país es mucho, aterrizó el helicóptero presidencial; sonó la música de la banda real, llegaron los Trump saludaron a la monarca y sin cortesía Donald Trump no hizo una pequeña reverencia ante Isabel II -no era su obligación pero si lo deseable- de ahí el presidente se puso a la derecha de la reina para dar inicio a la inspección ceremonial de las tropas y ante los atónitos ojos de los presentes Donald Trump avanzó dejando atrás a la reina, ella, sonrió divertida hasta como una niña traviesa se escondió detrás del mandatario estadounidense, él volteó a la izquierda y al no verla siguió su camino disfrutando el reflector, fue la abuela de William y Harry quien entonces apresuró el paso y alcanzó al presidente de Estados Unidos nunca hubo un “Disculpe usted, su majestad”
Este momento bochornoso no tiene nada que ver con el paseo que dio en caballo con Ronald Reagan la soberana. El presidente Bill Clinton se pudo reunir con la madre del actual Rey Carlos III, y recordaba que, aunque el pelo de la reina se había vuelto gris, tenía lo que él describió como “Ojos juveniles, tiene esos ojos azul bebé, simplemente penetrantes”.
Con los Obama que era tal su felicidad de estar con la reina más famosa del mundo , que Michelle en un momento pasó su brazo en la espalda de Isabel II que aunque no es permitido por protocolo, la reina hasta disfrutó esa muestra de cariño.
Era 1982, un joven senador llamado Joe Biden tuvo la oportunidad de conocer a la reina de Inglaterra y fue el último que tuvo un encuentro con ella en Windsor, el presidente Biden dijo que no creía que ella se sintiera insultada si decía que: "Me recordaba a mi madre en cuanto a su aspecto y su generosidad".
Son 14 historias de sus encuentros con los presidentes de Estados Unidos que Isabel II se llevó a la tumba, pero sin duda el que sobresale es Trump y digamos que no por sus buenos modales. No son cuentos de Hadas, son Historias Reales.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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