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Por  Laura Pérez Cisneros

Cuando viajo como  quizá tú lo estás haciendo y te das ese espacio para leer las columnas de Opinión 51 , estás  en un lugar hermoso ya sea de playa montaña o un pueblecito y si te quedaste en casa, te encuentras cómoda (o) en tu sofá o la cama; No sé si te ha pasado, pero a mí me encanta pensar en un lugar y escogerle un color e imaginar  a qué sabe ese país o ciudad. 

 Italia es amarilla, sabe a limón y arúgula  pero también a un helado de “stracciatella con panna ”  y tiene el aroma de un “espresso” en el bar. Los reyes Charles y Camilla,  estuvieron hace unos días en Roma para una Visita de Estado, el propio papá de William y Harry recordaba que ha visitado unas 18 veces Italia, su madre Isabel II lo hizo en 5 ocasiones, por lo que sin decirlo, el llamado “País de la Bota” es uno de los favoritos de Charles y las imágenes  y videos dejaron claro que fueron felices y “todo sonrisas” desde que llegaron, la gente esperó por horas para ver a los reyes y ellos retribuyeron la espera con un apretón de manos, fotos  y mucha calidez –algo que no todos los británicos tienen- entonces, eso suma más.

 Cuando pisaron suelo italiano, los reyes se tomaron fotografías con motivo de su 20 aniversario de bodas, de ahí al Coliseo Romano, que aún siendo Royals no se lo quisieron perder. Además de reunirse con el presidente Mattarella y la PM Giorgia Meloni Charles de 75 años, tuvo el detalle de hablar en italiano ante el parlamento,  a pesar de que no tuvo la mejor pronunciación se echó al bolsillo a los legisladores  eso,  señoras y señores es aplicar el “soft power”.  Justo ese día 9 de abril, Camilla tuvo el detalle de volver a usar el vestido blanco que usó en su boda civil con el amor de su vida, que esa sí ha sido una historia con momentos trágicos como una ópera, a diferencia de que esta ha tenido un gran final, porque Camilla pasó de ser la amante, la otra, la “Rottweiler” como la llamaba Diana la Princesa de Gales, a ser repudiada por sus hijastros William y Harry, Camilla como decimos en México, “aguantó vara” y fue por años, porque ella también se casó tuvo hijos y se divorció, fue el apoyo de Carlos cuando enviudó y finalmente esa cosecha conjunta de su amor, floreció y se convirtió en un amor -literal- a prueba de cualquier tormenta. 

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