Por Leticia Bonifaz
El 26 de junio pasado, se celebró en Costa Rica la tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre el océano organizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Asistieron representantes de 11 países de América Latina y el Caribe con el objeto de desarrollar una red de liderazgos de mujeres en comunidades costeras para la conservación marina y el desarrollo sostenible. Por parte de Colombia estuvo presente Dorcas Bautista, una mujer que ha logrado a través de la fundación Sinumar importantes transformaciones en San Bernardo del Viento, una comunidad de pescadores en la costa caribe de su país en un espacio ideal para practicar el surf.
En este lugar hay un antes y después a partir de la creación de la fundación Sinumar en 2012. El mar, con toda su inmensidad, no tenía cabida para las mujeres y las niñas de San Bernardo. Ellas se quedaban en casa limpiando y preparando el pescado sin ir más allá de los linderos marcados por los convencionalismos y los estereotipos. Las niñas asumían su aparente destino. Sin mayor futuro, las historias se repetían con altos índices de embarazos adolescentes, por ejemplo, hasta que llegó la disrupción de Dorcas Bautista que se define como “una autodidacta muy profesional” que hace más de una década comenzó un trabajo comunitario que ha rendido maravillosos frutos.