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Por Leticia Bonifaz

El bravucón regresa y el mundo se mantiene en vilo. Sus declaraciones anuncian un panorama peor al de hace ocho años. Regresa con más poder y más legitimación a echar su resto. Él, que desprecia profundamente a las mujeres, ha competido con dos: Hillary Clinton y Kamala Harris. Una blanca y la otra asia-afro-descendiente. En la primera ocasión, Hillary tuvo más votos nominales, pero no ganó la votación de los estados. Esta vez, el triunfo de Trump fue contundente y con ello viene la posibilidad de que implemente realmente las medidas drásticas, especialmente contra migrantes, que ya ha anunciado. 

En nuestras infancias, había caricaturas de alguien que trataba de apoderarse del mundo. Era el malo que, a pesar de todas sus triquiñuelas, perdía frente a las fuerzas del bien. El hombre de la caricatura gritaba, manoteaba, amenazaba y presumía sus armas letales. Hoy, esa caricatura parece haberse hecho realidad. Con un menosprecio por las instituciones internacionales, por los Acuerdos y lo que la civilidad ha dictado desde hace varias décadas, Donald Trump quiere que los Estados Unidos vuelvan a tener control y dominio del Canal de Panamá desconociendo los acuerdos Torrijos- Carter; tiene los ojos en Groenlandia, lo que lo pone en conflicto con Dinamarca. La intención de cambiar el nombre del golfo de México no implica sólo desconocer la historia, sino que muestra su afán de primacía y dominación. 

El consuelo de algunos es que muchas cosas se quedarán en palabras, pero ya hay anunciadas cuestiones inminentes que podrían empezar a tener efectos jurídicos desde el mismo día de la toma de posesión. El mundo y México a la expectativa. 

La pregunta obligada es si puede un solo hombre mantener en jaque al planeta entero. Yo creo que no. La geopolítica tiene su propia manera de actuar como un sistema. Los contrapesos mundiales ahí están con China a la cabeza en lo económico. 

La teoría de los sistemas diría que fueron los sistemas político, económico y social de los Estados Unidos los que llevaron a Trump a la victoria. ¿Cómo se entiende que haya habido latinos que votaran por él? Como tampoco se entiende que jóvenes argentinos hayan dado con su voto la victoria a personajes anti-derechos como Milei. Son los sistemas los que interactuando provocan la llegada de personajes como éstos, pero los sistemas siguen actuando y generando contrapesos. En el caso de Trump, el sistema internacional se mantendrá haciendo lo que le vaya correspondiendo ante cada decisión. En el sistema económico se va a ver cómo algunas medidas, como las de los aranceles, afectan a los propios estadounidenses y qué pasaría con la mano de obra que sí necesitan de los migrantes y de su presencia en la prestación de algunos servicios fundamentales para la economía de los Estados Unidos. 

No se trata entonces de Trump contra el mundo, sino de Trump en el mundo. Un mundo que afortunadamente le puede poner cortapisas. 

En cuanto a su menosprecio hacia las mujeres, a su utilización, a su cosificación, que incluso lo llevaron a ser delincuente sentenciado, hay que ver la reacción de éstas. En la toma de posesión de hace 8 años fueron ellas las que hicieron manifestaciones masivas en los primeros días de su mandato. Las mujeres constituyeron el mayor voto contra Trump incluso en las latinas. Hay mujeres que integran el gabinete de Trump en áreas sensibles. ¿marcarán ellas alguna diferencia? 

Hoy hay más preguntas que respuestas. Nos mantendremos expectantes. Veremos qué gritos le funcionaron en la campaña y qué acciones son las que en la realidad empezará a instrumentar. Yo en particular creo que sí serán los propios sistemas económicos, sociales internacionales y del interior de los Estados Unidos  quienes pondrán el cascabel a Trump.

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@Leticia_Bonifaz

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