Por Leticia Bonifaz
A dos semanas del paso del huracán Otis por Acapulco y otros municipios de Guerrero, todavía no hay un recuento total de los daños. Otis arrasó con la bahía más emblemática de México y acabó con vidas, hogares, propiedades y sueños.
Con sorpresa nos enteramos que, para el próximo ejercicio fiscal, no se destinaron recursos específicos para la reconstrucción del Puerto y de los otros municipios. Me imagino que los gastos que deberá erogar el Estado mexicano -la federación, el Estado de Guerrero y los municipios afectados- provendrá de las partidas presupuestales de otros rubros como educación, salud, vivienda, etcétera. Porque cubiertas las necesidades básicas como el agua potable y la luz eléctrica, después de que ya se hayan levantado las toneladas de escombros, que se haya abierto el tránsito por las calles y avenidas y garantizado la seguridad, de que se haya asegurado el abasto de alimentos y medicamentos, deberán necesariamente cuantificarse los daños que sufrieron los inmuebles de las instituciones públicas a través de los cuales se prestan los otros servicios públicos.