Por Leticia Bonifaz
La semana pasada, fui invitada a un foro en la Ciudad de Panamá que tuvo como tema la migración en América Latina, particularmente enfocada a los problemas específicos de las mujeres que migran.
El lugar donde se desarrolló el Congreso resultó idóneo porque Panamá es la puerta de la migración que viene desde América del Sur y que pasa por el accidente orográfico más pronunciado del continente conocido como el tapón de Darién. A los migrantes les lleva días atravesar esa tupida selva, con todos los riesgos que implica, más en temporada de lluvias que en esa región de nuestra América es casi todo el año. Además de lidiar con las inclemencias del tiempo y las dificultades propias de una zona de vegetación exuberante, está el factor humano que no siempre es de ayuda y solidaridad.