Por Lillian Briseño
Atinadamente, Opinión51 abrió un nuevo espacio para las MorraZ, proyecto editorial que muchas jóvenes han acogido con gran disposición y talento como lo muestran sus columnas publicadas en esta plataforma.
Como el nombre lo indica, son chicas que pertenecen a la generación zeta, que hoy tienen entre 12 y 25 años, y que nacieron en el siglo XXI. Están cursando en este momento la secundaria, la preparatoria o la universidad, e incluso algunas de ellas ya se desempeñan en el mercado laboral.
Recordemos que, de acuerdo con esta distribución demográfica, a la generación zeta la presidió la generación Y o millenials, que son los nacidos entre 1980 y el año 2000. Antes de ellos estuvo la X, que corre de la década de los años sesenta a los ochenta, antecedida por los famosos baby boomers, marcada por quienes nacieron entre el final de la Segunda Guerra Mundial y los años 60 cuando, efectivamente, hubo un boom en la explosión demográfica mundial. Muchas otras divisiones podríamos agregar antes, después o en medio, pero grosso modo éstas serían las más incluyentes.
Ahora bien, para el caso de México y según el INEGI, los 126 millones de mexicanos están más o menos distribuidos de la siguiente manera: los boomers representan el 18% de la población y la generación X, otro 18%. Los millenials o generación Y el 25%; la generación Z, también 25%; y la Alfa -nacidos a partir de 2010- un 14%.
Esta distribución corresponde también a que, como sabemos, en los últimos cien años la esperanza de vida en México se ha incrementado a la par que la natalidad ha disminuido, cambiando aquella pirámide poblacional casi perfecta que nos caracterizaba, por una figura que se ha ensanchado en la parte media baja, sobre todo, y aumentado entre quienes superan los 55 años.
El tema es que hoy, como posiblemente nunca había ocurrido en la historia de México, nos encontramos en un contexto donde conviven varias generaciones con diferencias radicales que no sólo las caracterizan, sino que las determinan. Desde el punto de vista tecnológico, y por mencionar lo más obvio, las generaciones zeta y alfa son nativas digitales, lo que significa estar a años luz de lo que vivieron quienes la antecedieron, que nacieron cuando no había, por ejemplo, internet.
El problema no estriba en que convivamos tantas generaciones tan diferentes por primera vez, sino que los intereses y la forma de ver, comprender y representar lo que está sucediendo en el mundo es totalmente diferente para unos y otros. Y esto lleva consigo un problema de comunicación intergeneracional grave. Quienes precedieron a los nacidos en el tercer milenio, no entienden muchas veces los códigos, las expresiones, los signos y los intereses de los jóvenes y viceversa. Y esto trae como consecuencia que no se está dando suficiente diálogo intergeneracional.
Pertenezco a las boomers de Opinión51 y, al igual que a quienes pertenecen a las generaciones x, y, z y alfa, esa perspectiva me determina. Reconozco, no obstante, que es muy divertido ser testigo del cambio que vivimos, aunque esto no le resta, ni tantito, que es un gran desafío.
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