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Por Lillian Briseño

Había una vez una bahía que, decían, era la más bella del mundo. Personajes políticos y personalidades de la farándula presumían de tener alguna propiedad en este paradisíaco puerto con una vista increíble al Dorado Pacifico. Las casas de Cantinflas, Plácido Domingo o Luis Miguel eran incluso parte de los atractivos de Acapulco para los turistas.

Aquel puerto que imaginó y desarrolló Miguel Alemán durante su sexenio, con su costera homónima y su bahía, se convirtió en uno de los imaginarios más extendidos del país y, también, en objeto del deseo de muchos que construyeron ahí fabulosas mansiones.  Fue ahí  donde, según cuentan, el presidente paseaba en su barco con María Félix a quien, por cierto, Agustín Lara dedicaría su famosa canción María Bonita que inicia con el muy conocido estribillo de Acuérdate de Acapulco…

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.