Por Lillian Briseño
México tiene por delante un año en el que se dilucidará quiénes serán los candidatos para contender por el ejecutivo al interior de los partidos políticos, en primera instancia y, ya definidos éstos, nos enfrentaremos a la gran campaña por la presidencia que se resolverá mediante el voto directo el próximo 2 de junio de 2024. Así pues, viviremos los siguientes doce meses en medio de una lucha a muerte -desde el punto de vista político-, para que solo uno o una gane las elecciones.
Las diversas campañas políticas inundarán todos los rincones del país, con múltiples promesas que difícilmente se cumplirán y con lemas o slogans que se nos repetirán hasta la saciedad. Algunos de ellos serán muy afortunados, como el que llevó a AMLO a la presidencia, con una frase a la que nadie puede escatimar impacto o tildar de impropia: “Por el bien de todos: primero los pobres”. Con todo y las críticas que el presidente ha recibido por defender esta idea, es difícil encontrar argumentos razonables para refutarla.