Por Lillian Briseño
Los volcanes han sido protagonistas de cuentos, novelas, poemas, crónicas, pinturas, fotos o películas, y forman parte del imaginario de casi todos los mexicanos que sobre ellos han construido leyendas fabulosas. Quizá la más conocida es aquella que narra la historia de dos enamorados que, por una serie de malentendidos, mueren de amor y se convierten ella en el Iztaccíhuatl y él en el Popocatépetl. Y hablando de imaginarios: ¿Qué mexicano no ve a una mujer dormida en el Iztaccíhuatl?
Pero Don Goyo, que es el nombre que los lugareños de la zona le han dado al Popo y cuyo uso se encuentra ahora muy extendido, es uno más de los muchos volcanes activos que hay en México y que según diferentes registros han hecho erupción en el pasado. Uno de los primeros de los que se tiene noticia por los códices prehispánicos, fue el Xitle o Xictli, que exhaló la roca volcánica que hoy cubre buena parte de la zona sur de la Ciudad de México, y que dio origen al Pedregal.