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Por Lillian Briseño

Este año se cumplen 200 años de la promulgación de la Constitución de 1824, y hoy, 5 de febrero de 2024, 167 de la Carta Magna de 1857 y 107 años de la que desde 1917 guía los destinos del país.  Y a pesar de las múltiples modificaciones que ha sufrido desde su promulgación, la Constitución vigente conserva, no obstante, los principios que dieron forma a México durante todo el siglo XX y lo que corre del XXI. 

Las reformas sociales del 17 alcanzaron a los campesinos y a los obreros; a la educación, haciéndola obligatoria; a la nación, refrendando la soberanía sobre el territorio; a la democracia, a través de la no reelección y la creación del municipio libre; a la secularización, suscribiendo la separación de la iglesia y el estado. 

Al igual que sus predecesoras, se firmó cuando el país se encontraba aún inmerso en una guerra civil que no terminaría por completo a pesar de su promulgación.  Pasarían años antes de que México pudiera acabar con las últimas manifestaciones del movimiento revolucionario, toda vez que algunas de sus expresiones se mantuvieron en pie por varios años, como es el caso del zapatismo en Morelos.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.