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Por Linda Cruz
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Ximena terminó el concierto. Describe, hace poco más de una semana en su cuenta de Instagram una presentación feliz, un público hermoso. Recibió a una niña de 10 años en el camerino después del show, y poco después partió del lugar. Ya es sabido que luego de eso, un grupo de personas encerraron a su equipo de músicos y staff, para someter a golpes a su production manager en solitario, en un camerino aparte.

El Ayuntamiento de Texcoco emitió un comunicado que señala que el Gobierno Municipal concesiona a un patronato el desarrollo de la Feria Internacional del Caballo (FICT), y es ese mismo patronato el responsable de la contratación de un equipo de seguridad privada.

“Nos hemos mantenido en comunicación con el Patronato de la FICT para que se esclarezca el tema. Cabe mencionar que el altercado se registró al terminar el concierto, entre el equipo de seguridad de la propia FICT y el equipo de producción de la artista, de lo cual se derivó un lesionado, quien ya está siendo atendido apropiadamente”. Se lee en uno de sus párrafos.

Serias lesiones en el cuerpo y cara de Luis Miguel Melche han puesto en riesgo la capacidad de su vista. Varias cirugías le serán necesarias y mientras logra recuperarse, estará inhabilitado para ejercer su profesión. Lo que empezó como una semana luminosa, terminó en el horror. Asumo entonces, una familia más contra las cuerdas, con gastos médicos de cifras aún incalculables, y las posibilidades de una normalidad cercana sumamente resumidas. La incertidumbre en todos los niveles: físico, emocional, económico, laboral…

Eso no fue un altercado, como lo describe el texto que difundió el Ayuntamiento de Texcoco, basta de no llamar a las cosas por su nombre. Fue un ataque brutal y premeditado contra alguien que hacía su trabajo, por un desacuerdo. ¿Por qué ocurrió? Porque se puede. Porque quienes lo lastimaron con alevosía y ventaja, saben que vivimos en la impunidad. Porque nadie tiene garantías. Porque la inseguridad ha permeado en todos los ámbitos de nuestra vida. Porque el crimen y la violencia son algo dolorosamente cotidiano. Porque la falta de estado de derecho en este país, es una invitación abierta a ejercer el salvajismo en su estado más absoluto.

El hartazgo e impotencia ya no nos son adjetivos suficientes para describir lo que se siente respirar en un país como el nuestro. La eterna promesa de las autoridades de “llegar hasta las últimas consecuencias para dar con los responsables”, carece de toda credibilidad.

El siguiente fin de semana después de la golpiza, se realizó el festival Pal’ Norte en la ciudad de Monterrey, al cual tuve la enorme fortuna de asistir (Hey, Steph, ¡gracias!) y dentro de ese maravilloso buffet musical, no pude dejar de reflexionar sobre los cientos de manos que hacen con excelencia su trabajo para que podamos celebrar los sonidos de numerosos géneros. Fue muy poderoso ver la solidaridad unánime del staff en los distintos escenarios, uniformados en playeras con la leyenda: “El crew y la vida se respetan”. #EspectáculosSeguros. “Hoy por Melche, mañana por ti”.

Y aunque Melche es pieza clave en el equipo de Ximena, ella tuvo varias participaciones especiales junto a artistas como Sabino y Plastilina Mosh, aparte de su muy emotivo y aplaudido set, dedicado a su compañero de trabajo.

El festival transcurrió estupendamente. La organización y logística, de primer nivel.

La empatía con lo recién ocurrido se sintió todo este fin se semana como mejor se sabe hacer: Tocando, cantando, bailando.

Necesitamos sabernos y sentirnos libres y seguros.

La música no deja de darme esperanzas.

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@LindaCruz

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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