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Ser madre en México tiene un lado oscuro del cual poco se habla, pero se vive. En este envío especial, Luisa Cantú nos revela datos interesantes sobre la violencia obstétrica que viven las mujeres para ser madres. Te invitamos a leerla:

Luisa Cantú Ríos

Más de un tercio de las mujeres que se estrenan como madres en México lo hacen enfrentando violencia y entre más jóvenes sean, peor.

Según la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI, algunas de las situaciones que éstas enfrentan son: ser ignorada cuando pregunta por la salud de su bebé; ser regañada -incluso a gritos- por quejarse; ser esterilizada sin su consentimiento o ser sometida a una cesárea sin su autorización.

Para esto último, abrirle el vientre a una mujer, el personal médico pide permiso a los padres (19.6%) y sobre todo al esposo o pareja (57%).

Esta violencia obstétrica -definida por GIRE como cualquier acción u omisión por parte del personal del Sistema Nacional de Salud que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio- está presente en todos los servicios de salud, pero en los hospitales públicos es dos veces mayor que en los privados, específicamente en el IMSS, donde el 40% de las mujeres denunció haber sufrido maltratos.

Las adolescentes son el grupo de edad que más padece violencia obstétrica. Nuestro sistema de salud no ha podido resolver que el 40% de las mujeres entre 15 y 19 no haya tenido anticonceptivos en su primera relación sexual (la gran mayoría porque no sabía que tendría sexo y otro gran porcentaje porque no sabe dónde se consiguen) pero su personal sí juzga y vulnera a quienes se embarazan.

Por cierto, para las jóvenes no es la única violencia extra que aparece con el inicio de la maternidad. Según un boletín del Inmujeres el porcentaje de madres adolescentes que es agredida por su pareja es del 41%, mientras que para mujeres de la misma edad pero sin hij@s es de 29%.

Cuando se habla de maternidad muy pocas veces se menciona que el inicio de la misma implica sufrir una enorme violencia en uno de los momentos de más miedo y vulnerabilidad para muchas mujeres.

El 10 de mayo -como bien apunta Laura Castellanos en su libro La marcha del terremoto feminista- fue una celebración creada precisamente para apagar la lucha feminista y ha prevalecido desde las narrativas comerciales pero -a diferencia de otras efemerides- nunca ha servido para visibilizar nuestras demandas sociales.

Según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, el año pasado el 10 de mayo dejó una derrama de 33 mil millones de pesos. Si nos dieran esa suma ¿alguien cree que la gastaríamos en rosas rojas? Por supuesto que no.

Ser madre no debería ser sinónimo de una vida de sacrificios, literalmente desde el segundo uno, mientras eso siga pasando, ¿qué festejamos un día como hoy?

@luigicantu

En el espacio de ELE: 10 de mayo

@elefigueroa

Este envío especial es también una invitación para que te suscribas a Opinión 51, TODAS LAS SUSCRIPCIONES que se realicen el día de hoy, 10 de mayo, serán donadas a la Red de Madres Buscadoras de Sonora.

Perder a un hijx es duro e inimaginable; perderlo y no encontrarlo, es la muerte en vida para muchas madres y padres que viven el vacío de no saber dónde están.

Esta es una manera de apoyarles en su misión y ser parte de la paz que buscan.

Gracias por tu apoyo.


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