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Por Maria Teresa Arnal

Ésta es la pregunta que más me han hecho en los últimos días.

Si algo tengo claro es que no podemos decaer, flaquear ni resignarnos, por mucho que el cansancio nos pese. Esto es #HastaElFinal. Nuestra líder, María Corina Machado (MCM), nunca dijo que sería fácil; y pocas personas son tan congruentes y valientes como ella. La guerra psicológica y el desánimo hacia el pueblo venezolano forman parte de la estrategia de un régimen dictatorial que hoy está claramente instaurado en el país, no podemos dejar que ellos ganen cuando estamos en la última milla.

No debemos dudar de que existe un plan. Hasta hoy, MCM ha demostrado su capacidad e inteligencia para la estrategia y la táctica, guiando cada paso que nos ha traído hasta este punto. El hermetismo es parte del plan: no puedes avisarle al diablo cómo lo atacarás.

Como bien nos dijo ella en una conversación con el grupo Mujeres por la Democracia hace un par de meses: “El ajedrez se juega en silencio”.

La relevancia de que Maduro se haya juramentado radica en la legitimación del dictador como parte del plan. Hasta el 9 de enero, Maduro era considerado presidente electo, con todas las trampas y obstáculos que ha enfrentado la oposición (nótese “presidente” con minúsculas). Nos guste o no, era reconocido como tal por la comunidad internacional. Todos los esfuerzos previos para demostrar el fraude electoral en los últimos 12 años fracasaron. Desde 2013, cuando el régimen “ganó” por un mínimo 1.49% frente a Henrique Capriles, no se logró demostrar el fraude, a pesar de las irregularidades y la presencia del Centro Carter. En las elecciones de 2018, se prohibió la participación de los principales candidatos de la oposición y se violaron todas las garantías democráticas, lo que llevó a Maduro de nuevo al poder. Se hizo un intento a través de instaurar un gobierno paralelo liderado por Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional, apelando a los artículos de la Constitución que justifican esta figura ante el vacío de poder. Sin embargo, eso tampoco nos llevó mucho más lejos.

Todo esto ha erosionado el espíritu del pueblo venezolano, que ansía la libertad y ha continuamente arriesgado su vida en las calles y en las cárceles. Esta crisis ha obligado a más de una cuarta parte de la población (¡más de 7 millones de personas!) a migrar a otros países, muchas veces arriesgando la vida.

Es comprensible que nuestro ánimo flaquee y que sintamos desesperanza. Es lo más humano del mundo. Ese bajón mucha gente también lo sintió en MCM en su mensaje tras su rápido secuestro el jueves 9 de enero, un hecho que, paradójicamente, evidenció la fractura y debilidad del régimen. De ese nivel es su congruencia y su liderazgo (esto da para otro articulo solo sobre la evolución de su liderazgo)

Este proceso lleva tiempo gestándose y sorteando obstáculos de manera inteligente. Desde las primarias en Octubre de 2023 donde se le prohibió a MCM ser candidata a la Presidencia, la elección de Edmundo Gonzalez como candidato (alguien desconocido políticamente y que hizo que el régimen se confiara), la brillante ejecución para resguardar las actas y el voto popular el 28 de julio, hasta el manejo de las relaciones internacionales y la creciente presión internacional. La claridad y congruencia de MCM y Edmundo Gonzalez

han sido constantes. Aunque algunas movidas puedan parecer “raras”, como me decían el viernes, todo forma parte de un plan cuidadosamente pensado. Este plan también evoluciona conforme los acontecimientos se desarrollan. Aquí no hay espacio para la improvisación pobre; lo que vemos es un trabajo estratégico y táctico impecable, aunque a veces no entendamos el esquema completo.

Es llamativo el pensamiento mágico de algunos que creían que un régimen criminal abandonaría el poder el 10 de enero, que despertaríamos con un nuevo gobierno y una nueva Venezuela como si los últimos 25 años no hubieran pasado. Estamos lidiando con un narcoestado, con criminales sin escrúpulos. Esto no se trata de ideologías – ni de izquierdas ni de derechas. Ellos saben muy bien dónde terminarán cuando llegue el final.

También debemos entender que, una vez que esta gente no esté en el poder, la recuperación de Venezuela será un camino arduo, pero lleno de oportunidades y dignidad para su pueblo. Tendremos que seguir poniendo el pecho para reconstruirla, pero lo haremos desde un lugar de libertad y dignidad para todos.

Estamos cada vez más cerca. Aunque nos invada la desesperanza y el desconocimiento, no es momento de rendirse, como decimos en México: “no es momento de doblar las manitas”. Es tiempo de sacar el pecho, de mantenernos firmes como pueblo venezolano, de salir a la calle y de exigir que la presión internacional pase de las palabras a la acción concreta y una rendición de cuentas real con el compromiso democrático y la expresión de la voluntad popular.

Como bien lo demostró MCM el jueves: salió a la calle con sus jeans, su playera y su rosario colgado. Eso es jugársela.

Entonces cuando me preguntan “¿Qué sigue para Venezuela?” Es difícil explicarlo con certeza, pero esto es #HastaElFinal. Nadie dijo que el final era el 10 de enero. Recordemos: el ajedrez se juega en silencio. Así que sigamos adelante, confiando en nuestros líderes, con paciencia y con mucha fe.

*María Teresa Arnal es una destacada líder en innovación y tecnología con casi 30 años de experiencia, exdirectiva de Microsoft, Google y Stripe. Hoy es consejera independiente y asesora en innovación, escalamiento y transformación digital en empresas globales, Latinoamérica y México.

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@mariatearnal

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