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Por Marilú Acosta

La popularidad tiene sus propios códigos de comunicación y como este gobierno es popular, hablar del segundo piso de la cuarta transformación es poco viralizable. Es más fácil hablar de La Casa de los Famosos 2ª temporada, porque además, la entrega por pedacitos del gabinete presidencial me recuerda a las mecánicas de este tipo de realities. Hemos tenido filtraciones de famosos potenciales, nunca falta quien se auto nombre para generar publicidad sabiendo que ni siquiera lo invitaron a la cena donde se repartieron los lugares. El ganador  y quien lleva la mano en la 2ª temporada es el Team Infierno (ninguna sorpresa aquí), mientras que el Team Cielo nunca terminó de cuajar (tampoco ninguna sorpresa aquí). En la primera temporada, la producción filtró el nombre de quien sería la ganadora, una corcholata que nada tiene de redonda, señalada desde los primeros capítulos. Como ya tenemos varios famosos sentados en sus sillitas, hoy vamos a hablar del Secretario de la Salud, un famoso consolidado, con una carrera que abarca desde la época de oro del cine mexicano, pasando por los hermanos Almada, las ficheras y las películas del Santo, ya maduro durante el nuevo cine mexicano y desde hace unos años, produce con los incentivos 226 y luego con el 189, es decir, vive de nuestros impuestos.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.