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Por Marilú Acosta

Entre canción y canción, platicamos unas amigas y yo de temas variados. La música estaba en vivo y a todo volumen en un salón de acústica de dudosa reputación. El motivo era el cumpleaños de una de ellas y no pudimos dejar de hablar de la edad. ¿Cuánta paciencia nos queda para estar en un ambiente tan ruidoso? Casi inexistente. De la edad pasamos a la tan mencionada menopausia, sus síntomas, suplementos, reemplazos hormonales y cuanta terapia existe para disminuir el golpe de realidad: ya no estamos jovencitas. Una de ellas nos habla maravillas de los adaptógenos, los cuales empezó a tomar cuando su médico decidió u-n-i-l-a-t-e-r-a-l-m-e-n-t-e quitarle los ovarios, en una cirugía que sólo había sido programada para quitarle la matriz. ¿Cómo? Le pregunto horrorizada. Pues sí, me contesta, me di cuenta que me habían quitado los ovarios, cuando ya más despierta en la habitación del hospital, me muestran un recipiente con la matriz y el mioma causante de la cirugía. También había unas cositas que veía raras que si no pregunto qué son, ni siquiera me hubieran dicho: ya entrados en gastos, decidimos quitarle los ovarios.

Esta conversación sucede días después de que busco por toda la Ciudad de México un servicio de veterinaria que realice vasectomías a gatos. Por correo, WhatsApp y teléfono me responde personal administrativo, ni siquiera prestan atención a la palabra vasectomía: para la castración es necesario traer al gato a valoración, contar con todas sus vacunas y desparasitaciones y que el o la veterinaria considere apto al gato para la cirugía. Tengo que especificarlo: no quiero castración, quiero vasectomía. Ah, entonces déjeme preguntarle a los veterinarios, me contestan en el mejor de los casos. En otros, me tratan como extraterrestre por decir lo menos y me dicen: a los gatos se les debe castrar para evitar infecciones y para que tengan mejor salud. Mejor venga a que le expliquen. Me quedo preocupada, necesito control de natalidad gatuno pero desconfío del veterinario(a) que me diga: sí hago vasectomía, pero que durante la cirugía lo castren “por su bien”.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.