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Por Marilú Acosta
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Don Juan explicó que el pasaje al mundo de los brujos se franquea después que el guerrero aprende a suspender el diálogo interno.

[…] El primer acto del maestro es introducir la idea de que el mundo que creemos ver es sólo una visión, […] que nos compele a sentirnos y a actuar como si supiéramos todo lo que hay que saber acerca del mundo. Un maestro, desde el primer acto que efectúa, se propone parar esa visión. Los brujos lo llaman parar el diálogo interno.

Este fragmento se encuentra en Relatos de Poder de Carlos Castaneda, uno de los trece libros que relatan las enseñanzas de Don Juan Matus, un brujo y nagual yaqui del estado de Sonora. El pueblo Yaqui siempre se ha considerado a sí mismo una nación independiente y así lo respetaron quienes vinieron de la península ibérica, no así los gobiernos independentistas. Por cierto, la guerra del Yaqui sucedida durante las décadas de 1870 y 1880, ha sido uno de los conflictos armados más largos de la historia de México.

Sé que te será difícil comprender esta sabiduría ancestral, Claudia, porque culturalmente no eres mexicana. Como tampoco lo era Carlos Castaneda, escritor peruano naturalizado estadounidense, a él también le costó trabajo. Sin embargo, esta sabiduría está disponible para todos los pueblos del universo. Así que Claudia, para tu diálogo interno, porque no cabe duda que actúas como si supieras lo que hay que saber del mundo.

Cuenta bien tu historia, eres el resultado de una migración forzada por las guerras y por la necesidad de salir adelante; naciste en México, pero tu sangre, tu cultura y tu familia es Europea y judía, tus cuatro abuelos y tu mamá son judíos que nacieron y vivieron en el Imperio Ruso, Lituania y Bulgaria. El Talmud (libro de discusiones rabínicas sobre leyes judías) establece “Y los números de los hijos de Israel serán como la arena del mar la cual no puede ser medida ni contada”, interpretándose como prohibido contar judíos. Esta prohibición se explica porque al contar se individualiza al pueblo judío y por lo tanto pierde la unidad y la conexión con YHVH (DIOS). No por eso dejes de contar bien a quienes estás gobernando.

Suponiendo sin conceder, que los 36 millones de votos equivalen a 36 millones de personas, el INEGI dice que en 2023 vivían en México 129 millones de mexicanos. Cuenta bien tu arrolladora cifra electoral, porque sólo equivale al 27.90% de los mexicanos que tienes que gobernar. Cuenta bien, porque no votaron por ti 93 millones de mexicanos (2.58 veces los que sí) a los cuales también te debes como presidenta.

Cuenta bien la historia universal, el mundo se ha construido a partir de conquistas y guerras. Hoy en día sabemos gracias a los estudios de ADN, que las personas estamos conformadas por múltiples orígenes, que se mezclaron ya sea por amor, por guerras o por deseos fugaces. Piensa bien lo del perdón, porque las disculpas a destiempo son absurdas. Cuenta bien el origen Sefaradí de tu familia materna, descendientes judíos de la península ibérica. Según tu lógica y falta de precisión histórico-temporal, tendrías que ofrecer tú también una disculpa. En esta lógica irracional ¿ofrecerás también una disculpa por la decisión del Sanedrín al condenar a muerte a Jesús, hace 2 mil años?

Cuenta bien hoy como tu primer día de presidenta. Sí, la presidenta eres tú. Cuenta bien tu feminidad y tu triunfo como la primera mujer presidenta de México, porque en un descuido, terminarás siendo la sumisa fachada del hoy ex-presidente-dictador-en-ciernes, que te hace creer que necesitas que él te explique cómo ejercer el poder. Un buen mentor podría explicarte cómo trabajar, pero él jamás lo ha hecho, no sabría guiarte.

Suspende tu diálogo interno que te convence que todo lo que hacen tus colaboradores, sólo por ser parte de la cuatroté, es válido y forma parte de la transformación a favor del pueblo mexicano. Porque ese diálogo interno hará de tu presidencia una catástrofe. Cuenta bien las diferencias entre tu cultura y la mexicana, “siento que no te han gaseado lo suficiente”, vergonzosamente la dejaste pasar como tantas otras violencias, sin exigir una disculpa. Gasear para las(os) mexicanos(as) es un abuso de poder antimotines, mientras que para el pueblo judío fue un método efectivo y masivo mediante el cual murieron millones en los campos de concentración nazi. ¿Nos vas a gasear más?

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@Marilu_ Acosta

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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