Por  Marilú Acosta
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Han colgado una cigüeña rosa en la puerta de Palacio Nacional, la presidenta ¡es niña! El ciudadano, y orgulloso papá, regalará chocolates Rocío para conmemorar este acontecimiento. De haber sido niño, su cercanísima relación con Cuba, nos aseguraría habanos de excelente calidad. ¡Es niña! cuchichean en todo el reino y este pequeño detalle nos abre la posibilidad de hablar de lo que nos importa a las mujeres.

Su vestido color marfil fue creación de una artesana oaxaqueña que borda a mano. Al ciudadano nadie le preguntó quién lo vistió para la alfombra negra de San Lázaro. Nos quedamos con la duda del por qué se decantó por una corbata color sangre arterial (roja brillante como recién derramada), ¿habrá querido aceptar algo? Usa, de siempre, trajes del diseñador de Adolfo en la 2ª Guerra Mundial, Hugo Boss, aunque bromea con que su sastre de cabecera es de Ecatepec. Obvio no, con su beca del Bienestar no podría cortar un saco que esconda la panza masculina. Por cierto, con cuanto aplomo homenajeó la bendición con apodo a postre a la cultura prehispánica. Representó, con su traje en color añil mexicano o xiuquilitl (en náhuatl), al platillo precolombino creado para las grandes festividades: el tamal de relleno desbordante. #Porsi, Hugo Boss tiene una línea que se llama Big & Tall.

Qué paz da tener una pareja presidencial elegante, alta, delgada, de buen porte, de caminar ágil. Qué acierto es el pelito relamido. No cabe duda que leer de corridito, nos distrae de quién le escribió el discurso. Con tan buena dicción, los datos falsos y las promesas guajiras se escuchan hasta inteligentes.

El botox tuvo su compra de asignación directa, porque la megafarmacia nos ofrecía un espectáculo de surcos y cachetes caídos. Lo bonito de la estética es la equidad de género; ellas, ellos y elles lucieron caras bien almidonadas, que me complicaron dilucidar si reían o lloraban mientras se subían al segundo piso de la transformación.

Abusadísimos los de San Ángel haciéndonos creer que La Casa de los Famosos (LCDLF) es para un público de escasos recursos intelectuales, alejado de los programas inteligentes de corte político. Mismitos nervios vivimos el domingo sin saber quién apagaría las luces de La Casa, para luego el lunes, tronarnos los dedos sin saber si el ciudadano apagaría las luces de Palacio Nacional. Las y los conductores(as) de ambos shows, relataron con similar entusiasmo la salida de sendas casas. Quien sale ahora de la casa eres tú, sí tú… ah no, es el vecino. Ahora sí ese es el coche, ah, que ya no hay Didi. Qué nervios, ya casi van a encontrarse con su familia morena en el recinto legislativo. ¡Mira, los saludan en la calle! ¡Es que la gente los quiere de veras! Pues claro, es la costumbre, están todo el día en la televisión. Dato curioso, el ganador de LCDLF cuenta con experiencia penitenciaria, algo que se le ha escapado al ganador de Palacio Nacional, apoyémoslo ahora que está sin fuero.

Los que olvidaron su investidura fueron los representantes del poder legislativo, cuál karaoke al amanecer cantaron nos convertimos en chicos de la calle, deslumbrados por la banda presidencial, sin molestar a nadie (o eso creen)… Pero pierden el control… Siempre (escuchando) la misma canción… Nene, ne-ne-ne, ¿qué vas a ser cuando seas grande? ¿Estrella de rock and roll? ¿Presidente de la nación?…¿o las dos…? ¡Sonríe cuando alguien apriete el botón…! No quiero ser un perro fracasado, quiero (a huevo) mi selfie marchando al lado de la estrella de rock and roll y las presidentas de la nación, Nene, ne-ne-ne… soy el sueño de mamá y papá. No, no les puedo fallar… (mis reinas, empezaron fatal).

¿Vieron que la foto oficial del equipo entrante fue un plano secuencia sin grandes cambios en el casting? La etiqueta dicta que las niñas fueran de falda y los niños de saco y corbata. El pantalón femenino fue lo de menos, las vestimentas arrugadas y mal acomodadas hicieron oler a naftalina esa postal.

No sé ustedes qué opinen, pero a la bendición chocolatera le urgen dos cositas. Que le acomoden el olfato; se vería guapo-chacalón. Y contratar a Edmund Fry, profesor de protocolo de Meghan Markle. Como heredero político del ciudadano, necesita una chaineada en su interacción con la sociedad y mejorar su relación con medios de comunicación. #Porsi, hay maneras de robar sin que te cachen.

Gracias presidenta por ser niña, ¡qué alivio hacer reseñas con perspectiva de género! Misma libertad como cuando me desabrocho el brasier, ¿así se sentirán los pobres con el humanismo mexicano?

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@Marilu_ Acosta

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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