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Por Marilú Acosta

San Valentín (siglo 3º, Italia) es el patrón de los enamorados, los epilépticos y los apicultores. Históricamente se vinculan a dos personajes, ambos mártires cristianos, ambos perseguidos en Roma, por lo que quizá en realidad es el mismo. Uno es un romano al cual le construyeron una basílica sobre su sepulcro, otro es de Terni, donde reposan sus reliquias. Mientras estaba en prisión, el romano le escribe una carta a la hija de su carcelero firmando de parte de tu Valentín, le escribe, no sólo porque eran amigos, sino porque la curó de la ceguera. El de Terni, casa en secreto parejas de enamorados que no tenían permiso de casarse. Ambos mueren ejecutados. Al menos de uno se conoce la fecha de su muerte: 14 de febrero del año 269.

¿Cómo es que estas historias se convirtieron hoy en día en una fecha multimillonaría? Porque el amor y la amistad son esenciales en nuestras vidas.

En Estados Unidos, en este 14 de febrero de 2023 se estima que la población gastó 26 mil millones de dólares en sus valentines. Los Valenteins, como dicen los gringos, pueden ser cualquiera, como dice Miley Cyrus: Me puedo comprar flores / Escribir mi nombre en la arena / Platicarme por horas / Contarme cosas que no entenderías / Me puedo llevar a bailar / Y sostener mi propia mano / Sí, me puedo amar mejor de lo que puedes tú.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.