Por Marilú Acosta

Parte III

Junio 2, 11:30 hrs. — cuartel general
El Patrón y el compadre están almorzando. En la pantalla de redes sociales los
trending topics ya están posicionados. Las imágenes de los noticieros son de los
disturbios y de distintos personajes políticos en las casillas. Las cámaras de
seguridad presentan ángulos distintos de uno de los disturbios. Mensaje del
Patrón: ¿quién está poniendo el desorden en esta casilla? No está dentro de las
elegidas. Respuesta: son locales, ¿la desactivo? Mensaje del Patrón:
Inmediatamente, y que les quede claro que nadie puede hacer nada sin permiso.
Respuesta: procedo.

13:20 hrs. — campo de golf
Ese sonido de la notificación le provoca la misma reacción como cuando su
papá le mandaba llamar a la biblioteca. Entre curiosidad, emoción y terror. El
chat de los Dragones tiene tres mensajes nuevos. El Jefe le entrega el palo de
golf al caddie. Al menos sonó después de haberle pegado a la bola, agradece el
Jefe. Se aleja del grupo. Lo abre. Responde: Recibido, manos a la obra. Le
escribe al Patrón: desincentiva la participación ciudadana, prepara las vacas.

Respuesta: inicio protocolo. Mensaje al Patrón: el menor daño colateral posible,
por ahora. Respuesta: entendido. Guarda el celular en su pantalón.
_¡Qué buen swing! Las clases han rendido frutos. Entre risas, el Jefe se sube al
carrito de golf.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.