Por Marilú Acosta
Riesgo es cuando las cosas aún están bien, pero pueden ponerse mal. Crisis es cuando las cosas ya están mal. El riesgo y la crisis conviven: Cuando algo ya está mal siempre puede ponerse peor.
La comunicación de riesgo y de crisis requiere un intercambio transparente, constante y respetuoso entre expertos (en lo que sea la amenaza), autoridades (responsables de la comunicación, la respuesta y la recuperación) y población general (que en conjunto puede o no llevar a buen puerto el barco). Una comunicación de riesgo y de crisis bien hecha proporciona las herramientas necesarias para que de acuerdo a sus circunstancias cada miembro de la sociedad, ya sean expertos, autoridades, población, tomadores de decisiones que afectan a un gran número de personas (directores de grandes empresas, de universidades, líderes religiosos, sociales, etc.) que enfrenten directa o indirectamente el riesgo, tomen las mejores decisiones para mitigar en la medida de lo posible los efectos de la amenaza. Esta comunicación debe ser ágil para ajustarse de acuerdo a la respuesta de la sociedad.