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Por Marilú Acosta

¿Es, era, hubiera sido? el cumpleaños de mi mamá. La fecha sigue siendo, ese día tuvo a bien nacer, independientemente si hoy su estatus en esta red social llamada realidad es de finada. Es el día de su cumpleaños, fueron días de festejo, hubiera cumplido 77 años. La muerte, entre otras cosas, trae consigo problemas de conjugación verbal, porque el fin de su vida no acaba con el principio de la misma. Me dice una amiga: su cumpleaños ya no es, ya dejó de cumplir, y en los personajes históricos el asunto se zanja con la palabra natalicio. 

El único natalicio que ubico inmediatamente es el del 21 de marzo, día de inicio de la primavera y día festivo oficial por ser el natalicio de Benito Juárez (Oaxaca, 1806). De él, no se celebra su muerte con tanta vehemencia como su nacimiento, ¿sí saben qué día murió? Yo lo tuve que buscar en Wikipedia, murió a sus 66 años por un ataque al corazón, el 18 de julio de 1872 en Palacio Nacional, después de catorce años como presidente de México. Dicen los anales de historia que murió “en sus sobrias habitaciones”. ¿Qué tan sobrias pueden ser las habitaciones de un Palacio? En fin, hace 151 años que murió y sí lo homenajearon el 18 de julio, desde Palacio Nacional. Sin embargo, el día más importante es su natalicio.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.