Por Marilú Acosta
La fosforescencia es la propiedad que tienen ciertas substancias de absorber fotones, almacenarlos y emitirlos lentamente, continuando incluso en la obscuridad. La fluorescencia absorbe fotones y los emite inmediatamente, sin almacenarlos, por lo que cuando no hay luz (fotones) ya no se ve el color. Los tenis fosfo fosfo son naranjas y más bien son fluorescentes. Sin embargo se entiende como fosforescente un color chillón, brillante, aunque no almacene fotones. La psicología de los colores analiza el efecto que éstos tienen en las sensaciones y conducta humanas. El naranja es un color secundario por que es el resultado de la mezcla del rojo y el amarillo. Es un color cálido que tiene muchas tonalidades y así su variedad de efectos. Se considera el color de la excitación por excelencia. Elegido por personas extrovertidas por ser alegre y entusiasta, mientras que para las personas tímidas es un tanto atrevido. Es el color de la creatividad, fertilidad, abundancia y fluidez. La mente lo asocia con lo dulce y da ganas de comer. Genera seguridad y fuerza, además de estimular el deseo. Hay quienes lo consideran frívolo, superficial, caprichoso y poco convencional.
El naranja se puede ver fácilmente en lugares con poca luz, por eso se utiliza para elementos de seguridad como conos, triángulos, chalecos, salvavidas, y la caja “negra” de los aviones, en realidad es naranja. En otras culturas lo asocian con la espiritualidad (budismo), el color sagrado del camino a la perfección (hinduismo), luto (Egipto), el sol-amanecer (mayas). El nombre de este color se establece en Europa durante el siglo XVI, por la exótica fruta (naranja) que llegó de Asia, fruta que se asoció con el amor, de ahí que anden en busca de “la media naranja”; un híbrido entre la fruta, el color y El Banquete o el amor de Platón (Atenas, 427 — 347 aEC).