Document
Por Marilú Acosta
audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/5:08

Érase alguna vez, una oficina en donde se convoca a junta para iniciar con la transformación digital de la empresa. Unos terminaron satisfechos de llevar hacia el futuro la empresa, otros salieron confundidos por no haber entendido nada y los demás dejaron la reunión entre abrumados y cínicos por lo que esto significaba.

Los satisfechos:

_No es que nos estemos subiendo a la ola de la revolución digital, ¡nosotros estamos creando la ola!

_No, no la ola. ¡Estamos creando el mar!

_¡Qué mar, estamos construyendo el agua del mar que hace la ola!

_Me encanta esta sensación de éxito a futuro, la certeza de estar a la vanguardia, de poner el ejemplo para los demás. Líderes, somos líderes.

Los confundidos:

_¿Cómo dijeron que integraríamos la inteligencia artificial?

_No dijeron, sólo pidieron que analizáramos las herramientas de inteligencia artificial para ver cuál se acopla mejor a la marca.

_¿Van a volver el edificio inteligente? De esos que son controlados todo por una máquina asesina, a mí esos en las noches me dan miedo.

_Sigo sin entender qué es la transformación digital, ¿es todo peiperles? ¿Nos van a tratar como reses y vamos a tener chips en nuestros uniformes?

_Ya nos tratan como reses con nuestra tarjeta de empleado.

_¿Qué tenemos que hacer?

_Namás venir a la siguiente junta.

Los abrumados-cínicos:

_El problema es que ni van a analizar bien hacia dónde quieren llevar la empresa, ni conocen los procedimientos como para transformarlos y sólo quieren usar el ChatGPT para presumir que lo tienen y bots contestando para poder hacer recortes de personal.

_El costumeryerni se va a volver una pesadilla.

_Ya los vi, apresurándonos para la certificación, haciendo como que funciona nada más para que tengan el sellito.

_¿Les dije que me copiaron en el correo de la agencia desarrolladora de una App? Tienen pura marca importante en su historial, y sin buenos resultados; el otro día que quise comprar boletos del cine, no funciona los días de estrenos.

_Pues haremos como que trabajamos, ¿será que calificamos para el kuayetkuitin?

_Si a ellos no les interesa tener buenos resultados, ¿porqué nos interesaría a nosotros?

Y así pudiera irse construyendo la transformación digital en una oficina cualquiera.

Hace poco me preguntaron qué elementos existen para afirmar que la inteligencia artificial no nos va a superar. Mi respuesta fue: no tenemos la certeza de que no podrá superarnos. Hoy, después de una desgastante semana en la cual me he enfrentado con la supuesta transformación digital de empresas de telecomunicaciones, así como del gobierno local, me doy cuenta que, si bien la inteligencia artificial tiene todo el potencial de superarnos en muchos aspectos, para hacerlo los humanos deben entender bien qué es la inteligencia artificial, cómo usarla, cómo entrenarla y cómo hacer una adecuada transformación digital. No estamos ahí.

La transformación digital no es ni un producto ni una solución que se compra, que es lo que la mayoría de las empresas y las instituciones están haciendo. La transformación digital es el proceso de cambiar algo por completo utilizando herramientas digitales. Las herramientas digitales son ese software (programa) que nos ayuda a interactuar con la tecnología actual. Sin las apps, un teléfono inteligente no nos sirve de nada. De aquí que la transformación digital signifique adoptar tecnologías mediante cambios culturales mejorando o reemplazando los recursos existentes al poner a interactuar la tecnología de la información con cada sector. Adoptar herramientas digitales como servicios de mensajería instantánea (contestada por humanos o por bots) o redes sociales, no se considera transformación digital, simplemente es uso de herramientas digitales. Tampoco es transformación digital pedirle a una inteligencia artificial que haga una ilustración o un cuento. Hay que recordar que la tecnología de la información empezó como un cincel y una piedra, varios milenios después es también el teléfono más inteligente del mercado, siempre ha habido una tecnología que es el vehículo para la interacción. La capacidad de interactuar, no la da el vehículo, la da nuestra capacidad de transformar e imaginar nuevos recursos.

¿Estamos listos para la transformación digital? No lo creo. Nos toma decenas de juntas y días cambiar de Amarillo Fase 2 al 3, sin atrevernos a decir: estuvo horas en Rojo Fase 1, y eso que la velocidad de un volcán es muy parsimoniosa. Aún tenemos ocurrencias del tipo: como que nos hace falta un banco, lo voy a comprar, ¿qué son miles de millones de pesos? Siguen buscando crear por sistema una multa inexistente, para tener fondos de campaña y dejarme una semana sin servicio de telefonía e internet, porque los bots no pueden convencer a los técnicos que se presenten a revisar físicamente los cables. El futuro no es mañana, todavía nos falta.

✍🏻
@Marilu_Acosta

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.