Crónica de un berrinche anunciado

Por Marilú Acosta

Parte I

1º de junio, 19:45 hrs. — cuartel general
El Patrón escucha música con los ojos cerrados, sostiene una bebida espirituosa
con su mano izquierda. Es sábado y el cuerpo lo sabe. Disfruta imaginarse la
organización de la noche. Bebe un sorbo y lo pasea por su boca, percibiendo
con atención el efecto del alcohol en sus encías y paladar. Suena su teléfono, da
un brinco, derrama la bebida de su mano izquierda, traga y escupe.
Al mismo tiempo, tose, mienta madres, busca su teléfono. La pantalla está
húmeda, la seca con su camisa, no puede ver quién llama, mienta madres, tose,
sigue sonando. Ve el nombre, se para inmediatamente, mienta madres, se
arregla la camisa, carraspea, tose, contesta la llamada.
_¿Cómo está Jefe, qué se le ofrece? Dice con voz entrecortada, alegre,
respetuosa y encabronada.
_¿Qué te pasa? Pregunta sorprendido.
_¡Nada Jefe! Contesta mientras contiene la tos.
_ Te marco en 2 minutos y arregla tu desmadre.
Guarda su teléfono en el pantalón, busca una botella de agua. La bebe, tose
más, la escupe y se le sale por la nariz. Mienta madres, revisa la etiqueta: agua
mineral con gas. Toma otra botella, la bebe, traga, respira. Se seca la cara, mira
a su alrededor, no hay nadie. Suena el teléfono. Responde.
_Ya Jefe, se me fue chueco un cacahuate. ¿Pa Qué soy bueno? Dice, agotado.
_ Te hablaba para otra cosa, pero parece que te tengo que recordar que te
necesito vivo para mañana. Comenta cortante.
_¡Claro Jefe, faltaba más! Pendientes. Contesta jadeante y optimista.
_No quiero que nadie se vaya de fiesta, mañana comenzamos temprano y no
podemos cometer errores, no los quiero ni crudos, ni que enganchen la fiesta
con la Encomienda.
_ Por supuesto Jefe, ahora mismo reconfirmo con ellos, ya habíamos quedado
de quedarnos en casa, todos tranquilos. Responde mientras baja la mirada y
mueve su pie izquierdo, tal como lo hace cada vez que miente.