Por Martha Carrillo
El psiquiatra Brian Weiss, autor del best seller Muchas vidas, muchos maestros y ferviente defensor de la reencarnación afirma que a lo largo de las muchas vidas que nuestra alma recorre tenemos la experiencia de vivir diferentes credos, religiones, etnias, posiciones sociales, géneros, y que si esto lo tuviéramos consciente, la empatía, la compasión y el amor incondicional hacia los demás surgiría de manera natural.
Puedes creer o no en la reencarnación, pero si pudiéramos observar la chispa divina que cada uno de nosotros tenemos dentro, si pudiéramos ver qué lo que le pasa a uno le pasa a todos, si pudiéramos estar conscientes de que “todos somos uno”: las cosas serían muy diferentes.
Vivimos en un mundo dual que cada día da la impresión de polarizarse más, no hace falta más que asomarnos un poco a las noticias de todos los días, ver lo que ocurre en otros países o en el nuestro u observar las guerras externas y las internas para comprobarlo.
De ahí la importancia de tener consciente que existe una ley de correspondencia que afirma que: “como es arriba es abajo, como es afuera es adentro”
No sé cómo has vivido tú estos últimos días, pero a mí me ha dolido el alma. En momentos me he llenado de miedo y desesperanza al ver el caos que estamos generando en nuestro mundo. Para donde voltees parece no haber paz: desde un chat, una manifestación, un país o muchos. Y ante esto puede haber varias posiciones: quienes se radicalizan y solo ven una postura; quienes el dolor los ciega a escuchar otras visiones; quienes se congelen y decidan no ver más allá de sus creencias; quienes opten por promulgar una mayor incertidumbre o quienes decidan establecer un diálogo; quienes se mantengan abiertos; quienes no pierdan la fe y sigan luchando por un mundo en el que vale la pena seguir viviendo.
Y si como es “adentro es afuera”, creo que es momento de cuidar “nuestro adentro” buscando crear paz en nuestro interior a través de la respiración, de la meditación y de la reflexión, volviéndonos observadores críticos ante la polarización y evitando caer en ella, manteniéndonos empáticos y sobre todo, sintonizando con el amor y la compasión.
Quizá sea un asunto difícil en estos momentos, pero no imposible. Elevemos nuestra frecuencia y unamos nuestra energía amorosa enviándola con intención a aquellos que la necesitan, no subestimemos nuestra fuerza creadora.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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