Por Martha Ortiz
¿Será verdad que la granada, los duraznos, los higos, las fresas, el cacao, el jengibre, la canela y las ostras y almejas, entre otros ingredientes, viandas y especias, tienen poderes seductores y excitan ciertos neurotransmisores y hormonas? ¿O bien el saber que son sensuales dispara la imaginación o la fantasía sobre el erotismo a la hora de comerlos?
La respuesta no es sencilla, podría convertirse en un tratado de cocina y neurociencias para dejarnos con la boca abierta mientras nos alimentamos con higos (con el debido respeto a su sensualidad).
Creo que en esta importante discusión se ha dejado de lado otro aspecto: la belleza misma de estos ingredientes.
¿Acaso no son las granadas, en su perfecta transparencia roja, su tamaño e inclusive su rubor, rubíes comestibles?